Centro Democrático: El Partido de la Esperanza

Hace unos días, al salir de la siempre ajetreada capital de nuestro País, me encontré con una valla publicitaria del Centro Democrático en la que podía leerse “Centro Democrático es coherencia”. El mensaje captó mi atención y me propuse pensar cuál era el verdadero significado de esa coherencia que pregona el Partido, por lo que intenté formular un análisis a fondo de la situación.

Es de recordar que este Partido es bastante joven, ni siquiera tiene 10 años, y a pesar de todo, ha logrado consolidarse como la mayor fuerza política de oposición en el País. Desde muy temprano, en su creación, se establecieron unos estatutos claros que no han sido modificados o acomodados a favor de los congresistas, miembros o fundadores del movimiento. Para un partido que tiene por principio la rectitud y transparencia, el ejemplo más claro de coherencia es que incluso en circunstancias adversas, el cambio de principios no ha sido una opción aplicable.

Y sin embargo una cosa llevó a la otra, revisando por completo los estatutos del partido y dándome cuenta del verdadero porqué para llamar al Centro Democrático el “Partido de la Esperanza”. Un Partido que limita los periodos en los que sus congresistas pueden tener avales del mismo, presentando un proyecto de ley que propone limitar esos periodos para el Congreso, está en total armonía con su principio de “Estado Austero”, dando motivos para que esa coherencia sea mayor.

Me doy cuenta también de que la esperanza que ofrece el Centro Democrático no reside exclusivamente en los políticos que integran la colectividad, ni en su líder y fundador, Álvaro Uribe Vélez, sino en el gran semillero de líderes, activistas y militantes jóvenes que lo conforman, he ahí la verdadera esperanza del Partido. A nivel nacional hay grandes jóvenes que han ocupado cargos importantes o están en contienda por ellos. Los ejemplos sobran; José Jaime Uscátegui, Samuel Hoyos, Hernán Cadavid, Dayi Sedano, etc…

En un momento donde la política nacional requiere urgentemente un refresco que pueda oxigenar las instituciones que hoy son controladas por los “caciques” políticos de estirpe y tradición, este movimiento ofrece las mejores opciones para una renovación en nuestra democracia. Los nuevos talentos, los líderes prestos a trabajar por la Patria; los jóvenes que tanto necesitamos, están aquí, en el Centro Democrático.

Para mí no existe mayor panorama esperanzador que una política en la que, finalmente, se le brinden oportunidades a los jóvenes para poder expresar el sentir de los colombianos con una perspectiva totalmente fresca, inocente a las mañas propias de la politiquería y con la única intención de trabajar para hacer Patria.

Por eso estoy aquí, porque estoy seguro de que la esperanza reside en nuestro partido, recayendo indirectamente, en los jóvenes que trabajamos día a día por esta bella Colombia.

¡Fe en Dios y Fe en la Causa!

@JuanCVargas98 ‏