Celedón ha cambiado el pañuelo por la mascarilla y este año, al igual que miles de vitorianos se ha quedado en casa y no ha sobrevolado el cielo de Vitoria para dar inicio a las fiestas de La Blanca, suspendidas por la covid-19, en respuesta al llamamiento de las instituciones alavesas: «Este año no toca».

A las 18.00 horas, momento en el que el chupinazo da la bienvenida a seis días festivos desde la balconada de San Miguel de la capital alavesa, la Plaza de la Virgen Blanca estaba desierta. Solo paseaban por ella trabajadores de los medios de comunicación y policías que acordonan la zona para evitar las tentaciones.

Los vitorianos han respetado el llamamiento institucional a no celebrar unas fiestas suspendidas este año por el coronavirus y no se han acercado a una plaza en la que tradicionalmente se congregan más de 40.000 personas para seguir el descenso de Celedón con el que comienzan las fiestas.

El silencio se ha visto roto por un par de petardos que han sonado a lo lejos, por los aplausos de unos pocos vecinos desde los balcones de la plaza y por la canción en honor al aldeano protagonista de la fiesta que algunos se han atrevido a entonar.

En los alrededores de la plaza tampoco se respiraba ambiente festivo y pocos se han lanzado a ponerse el pañuelo en el cuello. Muchas bares y terrazas permanecen cerrados y la imagen de los que están abiertos dista mucho de la habitual en este día, en el que se suele hacer muy difícil caminar por las calles del centro de la ciudad sin que los pies se peguen en el suelo y encontrar una terraza en la que sentarse.

En las calles del Casco Viejo el ambiente tampoco recuerda al del 4 de agosto del pasado año. En las terrazas, cuadrillas toman el café tras la comida del día, que muchos no han perdonado hoy, pero sin charangas, ni vendedores, ni artistas callejeros.

Vitoria es la primera de las capitales vascas que celebra sus «no fiestas». Le seguirán Bilbao y San Sebastián, cuyos alcaldes, al igual que el de la capital alavesa, han hecho reiterados llamamientos a sus ciudadanos para que interioricen que la salud, sobre todo este año, está por encima de las celebraciones.

El primer edil de Vitoria, Gorka Urtaran, ya defendió ayer que en estos días es conveniente que haya «cierta actividad social y económica pero siempre dentro de unos parámetros de control, seguridad, prudencia y de cautela» y emplazó a los vitorianos a respetar las medidas de prevención para poder celebrar todos juntos la bajada de Celedón en 2021.

Los vitorianos hoy le han hecho caso: Este año no toca.

EFE

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Minuto30 Agencias

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