Falsos Positivos

Durante la segunda jornada de la audiencia pública de la JEP, enfocada en el reconocimiento de ocho militares responsables de 49 falsos positivos en el municipio de Dabeiba, Antioquia, los responsables dieron testimonio de cómo se reclutaban sus víctimas, quienes por lo general eran habitantes de calle y personas de escasos recursos que eran llevados desde Medellín al municipio para matarlos.

Sobre lo confesado por estos hombres, se destaca uno de los testimonios más impactantes donde el soldado (r) Levis Contreras, uno de los comparecientes y quien contó cómo iniciaron estas operaciones criminales, donde según él, con el coronel (r) David Guzmán, iniciando en Ituango y de la mano con los paramilitares, contando que incluso, se llegaron a disfrazar de “paracos”.

“Soy Levis Contreras, compareciente de la JEP y máximo responsable todo sucedió en Ituango. Cuando el mayor Guzmán escogió un grupo especial llamado el vuelo 79 y con ayuda paramilitares, nosotros no nos disfrazábamos de ‘paracos’ y fue así como irrumpimos en la escuela de San Luis, jurisdicción del corregimiento de Ituango el 8 de diciembre del 2004″.

Cuenta, que de esta institución educativa, los uniformados retuvieron al menos a doce personas y cuatro de estas fueron asesinadas, para posteriormente presentarlas como bajas en combate. Conforme a lo revelado por el exmilitar, las víctimas eran inocentes y fueron señalados como si pertenecieran a un grupo guerrillero.

“Sacamos a 12 personas de esa escuela que estaban en esa fiesta, y fueron presentadas como caídas en combate cuatro de ellas, ahí en ese entonces comenzaron los falsos positivos y el 79 a dar resultados. Todo se empezó a practicar con la muerte de campesinos y personas ajenas al conflicto, porque alguien o un paramilitar dijo que esa fiesta era de guerrillas”.

Referente a la construcción de la “logística criminal” para reclutar a las víctimas desde Medellín y llevarlas hasta Dabeiba engañadas, el sargento Fidel Ochoa señaló que una de las personas, a quien le ofrecieron una supuesta oferta laboral en Dabeiba (Antioquia) fue asesinada por el propio coronel (r) David Guzmán accionando el arma.

“Con órdenes específicas llegamos a esta terminal e interceptamos a un joven con ganas de trabajar y lo engañamos y lo llevamos a cercanía del municipio de Dabeiba donde fue asesinado por el mismo comandante de Batallón” señaló Ochoa.

Continuando, el soldado (aún activo) Luis Fidel Arenas, tomó voz, para relatar los homicidios y reveló que en su calidad de consumidor se le hacía más fácil a él y a otros soldados, en similar condición, que los enviaran hasta Medellín para convencer a los habitantes de calle con un falso trabajo o “vicio”.

Por su parte, el sargento Jaime Coral narró que los propios soldados compraban las botas, sudaderas y el resto de la “dotación” para que las víctimas fueran vestidas hasta Dabeiba y llegaran listas para ser asesinadas.

“Les compraban sudaderas, botas, negras, de tal manera que fingieran ser guerrilleros, ellos motivados en que era un regalo se ponían las prendas sin poner ninguna clase de resistencia” señaló Coral.

“Las víctimas no sospechaban nada porque éramos del Ejército”: Sargento (r) Jaime Coral

Del mismo modo, al oficial en cuestión le ofrecieron diferentes dádivas para lograr resultados con su tropa, razón por la cual envió a sus hombres a buscar habitantes de calle en Medellín con el fin de llevarlos a la zona rural de Dabeiba. Dichas personas siempre confiaron en la autoridad, pues nunca opusieron resistencia ante los llamados y finalmente, terminaron siendo ejecutadas por uniformados.

“Luego me prometieron un viaje al exterior para estudiar un curso de suboficiales y efectivamente, reúno los soldados y los entreno para buscar personas vulnerables de la calle; llevaron tres personas desde Medellín hasta la Dabeiba y ahí se suben en unos mototaxis hacia el sector de Llanogrande, luego yo les pedía una requisa y a las víctimas se le quitaban los documentos, con engaños les decía que teníamos que subir hasta la base y las personas confiadas de que era la justicia y la ley, no ponían ninguna presión, ni sospechaban nada, pero ahí eran dadas de baja”.

Para terminar, el sargento Fidel Ochoa reiteró que no eran “ruedas sueltas” y que aunque “se pone una lápida al cuello” cuando nombra al general Montoya y lo van a seguir nombrando, dice, ello es porque “mientras sucedían estos casos en Dabeiba también sucedían en las unidades acantonadas en Medellín”.

“Los falsos positivos se vuelven sistemáticos en el Ejército nacional cuando llega a la Séptima División con sus insinuaciones” señaló sin ambages Ochoa.

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