Oliver J.M. con 11 días de nacido dejó de tomar leche y presentó altas fiebres, según los médicos, se debió a un contagio por parte de un adulto con herpes. Dicha persona, teniendo herpes, contagió al neonato con solamente un beso.
Con menos de un mes, Oliver estuvo a punto de morir, hasta que fue internado en un centro médico y puesto en incubadora, recibiendo donaciones de sangre, asistido con oxígeno y alimentado a través de una sonda.
El herpes neonatal se da cuando una persona con una úlcera en la boca besa al bebé, también si la úlcera está en las manos y lo toca, es probable que se pueda contagiar.
Tras 21 días de hospitalización y saber que su hijo tendrá que tomar antibióticos durante los primeros seis meses de su vida, la mamá de Oliver hizo un llamado a respetar los bebés recién nacidos y mantener distancia si se tiene un herpes o algún tipo de enfermedad contagiosa, «Nosotros tuvimos suerte, unas horas más tarde esto pudo ser muy diferente».