El Govern balear impondrá desde la próxima semana limitaciones de movimiento a los vecinos de los barrios y pueblos con mayor incidencia de la covid-19, donde se podría llegar al establecimiento de un toque de queda nocturno.

El ejecutivo autonómico, que aprobará la medida el próximo lunes, se reunirá este viernes con los alcaldes de Palma, Santa María, Deià, Esporles, Valldemossa, Marratxí, Alaró, Binissalem, Banyalbufar, Inca y Llucmajor, en Mallorca; de la ciudad de Ibiza y Sant Antoni, en la isla de Ibiza; y de Sant Lluís y Ciutadella de Menorca, que son los municipios con más contagios.

La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha anunciado este jueves que las medidas restrictivas territorializadas se aplicarán de manera gradual en estos u otros municipios en función de la situación epidemiológica de cada uno y se prolongarán, inicialmente, durante dos semanas.

Otra de las medidas que se aplicaría en las zonas con más contagios, además del toque de queda por la noche, será la reducción 10 a 5 de las reuniones y se pedirá a los vecinos que solo salgan para ir al trabajo, al colegio o acudir al servicios esenciales, pero no para desplazamientos «no esenciales».

Aunque la incidencia del coronavirus será el factor determinante, también se tendrán en cuenta para aplicar estas medidas «las condiciones sociales», ha indicado Armengol, que ha asegurado que, en paralelo, se acentuarían en esos núcleos las medidas sanitarias e higiénicas con cribados diagnósticos a la población y desinfección de los espacios públicos.

Otra novedad en la estrategia para frenar el avance del virus es que el Govern, a través de su departamento de Emergencias, facilitará a las policías locales y a los cuerpos de inspección autonómicos (sanitarios, educativos, etc) la relación de las personas obligadas a guardar cuarentena.

Lo hará, ha explicado la presidenta, sin detallar la razón de esta cuarentena (que puede ser por infección o por contacto estrecho con un enfermo) para cumplir con la Ley de Protección de Datos, y la finalidad es que las policías y los inspectores puedan tomar medidas sancionadoras para conminar a esos ciudadano a confinarse.

Armengol, que ha confiado en que el nuevo paquete de medidas anunciado este jueves será ratificado por los juzgados, ha recordado que el incumplimiento de la obligación de cuarentena está sancionado con multas que pueden ir de los 100 a los 3.000 euros.

En cuanto al inicio del curso escolar dentro de una semana, Armengol ha defendido que su Govern ha hecho todo el trabajo necesario para que arranque con la máxima seguridad, pero consciente de que «va a haber contagios». «Tenemos que aprender a convivir con la enfermedad de forma segura», ha abundado.

En este sentido, ha adelantado que en la conferencia de presidente autonómicos de este viernes planteará la necesidad de establecer un permiso retribuido para los padres que tengan que atender a escolares en cuarentena sin diagnóstico positivo.

EFE

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Minuto30 Agencias

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