La semana anterior encontré, en una revista internacional, los índices de lectura que registran diferentes países del mundo, me sorprendió enormemente saber que mientras en Finlandia el promedio anual sea del 47%, en Colombia caímos del 2,7% al 2,5% en los últimos tres años, en vez de avanzar, retrocedimos. No se trata de hacer comparaciones, no es mi interés, lo que pretendo, en este escrito, es llamar la atención acerca de la importancia de la lectura. Ahora, no es lo mismo leerse cuarenta y siete libros al año que dos y medio. Siempre se ha dicho que la mejor “arma” es y será un libro, no las balas; de ahí que los pueblos que leen sean menos proclives a la guerra, viven en paz. Mientras los ignorantes se matan, los ilustrados cultivan una mejor sociedad.

Con este panorama quiero hacer una reflexión acerca de Medellín, una ciudad que en algún momento llamaron “la más educada”, fue la época en la que un alcalde construyó bibliotecas en diferentes sitios de la ciudad, y, siendo gobernador de Antioquia, multiplicó las bibliotecas en un gran número de municipios, lo malo fue que se olvidaron de comprar los libros. Un caso relevante de las cosas mal hechas es la biblioteca España en el barrio Santo Domingo, un verdadero monumento a la desidia y el despilfarro.

Por la ubicación geográfica, no uso los servicios del Metro para ir a mi lugar de trabajo, sino que me desplazo en bus urbano, pero, hace pocos días, por esas cosas de la vida, monté en Metro y me sorprendió ver la cantidad de personas pegadas al celular, nadie iba leyendo. Considero que es el momento de promover la lectura por toda la ciudad, con humildad y respeto, siempre he creído que a los Planes de Desarrollo les han faltado buenos planes de lectura, ojalá que estos nuevos alcaldes que están en la elaboración de sus programas de gobierno incluyan la lectura como elemento necesario para transformar la sociedad, que las bibliotecas existentes dejen de ser nidos burocráticos y se dediquen a la promoción de la lectura. Ahora, yo pregunto, ¿qué planes para incentivar la lectura tienen colegios y universidades en la ciudad? Ojo, a la lectura se llega atrayendo y encantando, nunca obligando.

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Quiero resaltar que a estas alturas del año se van acercando las diferentes ferias del libro en algunas ciudades del país, ferias del libro donde importan más las ventas que la promoción de la lectura. Yo sé que las ferias se hacen para vender, eso lo tengo  muy claro, como también tengo claro que las ferias del libro se han ido convirtiendo en pasarelas donde, algunos visitantes salen cargados de libros que nunca leerán, pero sí decorarán sus bibliotecas. Un colega me dijo que si hacer el amor hiciera ruido en Medellín no se podría dormir; hoy quiero parodiar su frase diciendo que, si leer hiciera ruido, la ciudad fuera tan silenciosa como un cementerio a medianoche.

Medellín, mi ciudad amada, te cuento que el pasado miércoles 6 de marzo (2024), justo el día en que nuestro Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, estaría cumpliendo 97 años, se lanzó en el continente americano su novela póstuma “en agosto nos vemos”. Diferentes medios de comunicación, orales y escritos desplegaron un sinnúmero de noticias resaltando la figura de Gabo e invitando a conocer la última novela que alcanzó a escribir cuando su memoria se apagaba poco a poco y lo invadían otras dolencias.

Después de la muerte del Nobel, sus herederos vendieron sus archivos a Harry Ransom Center de la universidad de Texas, (EE. UU.); por fortuna, algunos literatos conocedores de la obra de Gabo no escudriñaron solo sus cartas o textos escritos a mano, sino que analizaron una novela que según algunos quedó inconclusa, llamada “en agosto nos vemos”.

La novela nos adentra en la vida de Ana Magdalena Bach, “una lectora que en la primera página del libro tiene cuarenta y seis años y en la última los cincuenta recién cumplidos. Cada año, el 16 de agosto, ella viaja a una isla sin nombre a cumplirle una cita a su madre muerta y al destino”, (Ángel Castaño Guzmán, El Colombiano, marzo 6/24, página 2). Concretamente la novela gira en torno a la historia de una mujer casada que cada mes de agosto visita la tumba de su madre y, en cada viaje tiene encuentros eróticos con diferentes amantes.

Según, Ángel Castaño, autor del artículo “en agosto nos vemos, el canto del cisne de Gabriel García Marquéz”, citado anteriormente; “las mejores escenas de esta novela que merecen ser leídas en voz alta son las eróticas, precisamente en las que la mujer rompe el cerco de la fidelidad y le encuentra sentido a la vida en las pieles ajenas, en las manos de los desconocidos. ‘Se acaballó sobre él hasta el alma y lo devoró para ella y sin pensar en él, hasta que ambos quedaron exhaustos en un caldo de sudor. Permaneció encima, luchando a solas contra las primeras dudas de su conciencia bajo el chorro caliente y el ruido sofocante del ventilador, hasta que se dio cuenta que él no respiraba bien, abierto en cruz bajo el peso de su cuerpo…’” ¡Excelente texto!, qué bueno que no sólo en Medellín sino en otras ciudades leyeran más de lo que leen hoy, sería maravilloso ver las ciudades inundadas de libros, pero, sobre todo de lectores.

Frente a los bajos índices de lectura, algunas personas proponen llenar los colegios de libros, en parte puede ser, pero… ¿qué puede hacer un niño o joven lleno de tortas de chocolate si lo que le gusta son los helados?  La cuestión es de método. Señor alcalde, sería bueno que usted le dijera a la ciudadanía qué va a hacer para incentivar la lectura en Medellín, no debe ser con planes obligatorios en colegios y universidades, a la lectura se llega por placer, el mismo que siente un ser humano al descubrir el amor.

Pd; ¿cuántos libros has leído tú en este inicio de año?

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Redacción Minuto30

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