Llegamos al cierre de un nuevo año, el fin de un ciclo, 2018 se va y como muchos llega el momento de replantear situaciones, de analizar lo vivido durante los doce meses finiquitados y de emprender nuevos retos y proyectos para el venidero.

En lo personal, el 2018 fue un año diferente frente a todo lo asumido a lo largo de mi vida, entre otras porque me generó grandes retos que dejan aprendizajes y de igual forma posturas que me permitan atizar los restos del pasado y consolidar los cimientos del futuro; de igual forma me dejó el recuerdo de quiénes se fueron: Rosita y La Mitu, de quienes les hablé en líneas pasadas.

También deja nuevos amigos, el hermoso Mario y otro pícaro ahijado que se la pasa de perlas en casa, acompañando a los otros peluditos de mi hogar. Grandes personas, grandes amigos, y como es costumbre, gracias a la Fundación, el conocer y compartir con corazones nobles y altruistas que dan lo mejor de si al beneficio de los ángeles de cuatro patas que habitan esta tierra.

En cuanto a ORCA, la querida fundación de la cual engroso filas, le deja un pasado lleno de recuerdos y de desafíos en pos de los animales que son razón de ser de nuestro actuar. Este año tuvimos situaciones complejas que nos llevaron a ejercitar nuestro compromiso de voluntad para encumbrar el camino hacia la búsqueda de mayores posibilidades que permitieran que muchos peluditos encontraran un lindo hogar.

Muchas historias marcaron este 2018, pero creo que una de las más increíblemente vividas fue la de Pipo, un perro desahuciado por la suerte, con una condición crónica de carácter intestinal que ameritó de nuestra parte muchos esfuerzos no solo desde lo económico y de lo requerido para poder solventar sus gastos que eran grandes; sino también desde lo anímico, pues verlo en tantas ocasiones al borde de la muerte, flaqueando en sus deseos de vivir y del rechazo por su condición, generaba en nosotros la angustia y el sinsabor de qué decisiones deberíamos asumir con y para él; Sin embargo, la muestra irrefutable de que aquello que se lucha se logra, nos permitió contar con la inmensa alegría de que hoy PIPO pueda vivir como un peludito normal, al lado de una humana que lo quiere, lo acepta y asumió el reto de darle una vida feliz como él la mereció siempre. Los ángeles existen.

Otra de esas historias memorables fue el reconocimiento brindado por parte del Concejo de Medellín, en cabeza del honorable concejal Ramón Acevedo. Este logro nos llena de alegría y de orgullo, pues es importante saber que a pesar de las constantes incertidumbres, nuestra labor deja huella y genera admiración en los ciudadanos. Esto, nos llena de regocijo y una satisfacción innegable, pero sabemos que no es nuestro éxito, sino el compartido con muchas personas, todas aquellas que diariamente con un clik, un share, una donación, un abrazo a un peludito, un préstamo de su hogar o una adopción; dan el mejor regalo que cualquier ser vivo pudiera esperar: La certeza de saberse importante y conocer que hay seres tras de él que darían todo por entregarle una nueva oportunidad.

Otro recuerdo del 2018, es la celebración de nuestro aniversario. Diez años de labores que han contado con inmensas alegrías y con profundas tristezas, de las cuales siempre hemos aprendido, tomado los correctivos y afianzado a beneficio de nuestra labor.

No quiero extenderme en recuerdos propios, ni colectivos, pero si quería en estas líneas plasmarles en un conciso resumen la importancia que trajo para nosotros el ya agónico 2018, e invitarlos a hacer como lo estamos haciendo, una lista de sueños, proyectos y propósitos para el año venidero en los cuales tenga cabida alguna acción por el bien común que incluya también a aquellos con quienes cohabitamos este planeta: Los animales.

Por un 2019 lleno de armonía, de amor, de emprendimiento, de respeto y consideración para todas las especies: Para humanos y no humanos.

Para ORCA será un año de nuevos retos, de buscar la posibilidad de abrir la puerta para más animales, para continuar en la búsqueda de casitas para Nino, Dante, Trufa, Red, Pícola, Renata, Meeko, Próspero, Alegría, Esperanza y todos aquellos peluditos que con toda la paciencia esperan, a pesar de haber pasado por tantos vejámenes en las calles.

Para ORCA continuará la búsqueda de ayudas para poderles garantizar a ellos la tranquilidad mientras esperan; persistiremos en nuestras políticas de puertas abiertas para que cada día más voluntarios puedan acercarse a nuestra labor y sean partícipes de la hermosa posibilidad de cambiar una vida. Para ORCA continuará el reto de vincular a la sociedad hacia políticas más amigables con los animales, buscando el bien común que como sabemos, se ve favorecido en la medida que nos volvemos más amigables con el planeta, con las especies y con nuestros congéneres.

De mi parte y en nombre de la Fundación, quiero desearles a todos un FELIZ AÑO 2019 y espero que para todos brille la prosperidad y la felicidad; deseando que vengan buenos tiempos para todos en beneficio de los animales no humanos, los humanos, el planeta y la vida misma.

GRACIAS por su lectura y a los seguidores de la Fundación, gracias por apoyarnos.

FELIZ Y VENTUROSO 2019.

Fundación O.R.C.A
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Redacción Minuto30

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