El exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez ha mostrado, sin querer, que su forma de lucha y acción es cíclica, su apuesta por alcanzar la casa de Nariño, depende absolutamente de atacar a sus rivales en la contienda electoral, es decir, trata de darle una identidad a un candidato presidencial mientras que su imagen que se relaciona con ineptitud no necesita exclusivamente de esta personalización para funcionar. El proceder del exalcalde es más un golpe de opinión que un golpe a la criminalidad.

Su modelo fallido de seguridad que no cuidó la vida de los ciudadanos, pero él mismo trata de mostrarlo como un trofeo en su administración de Medellín, fue un total fracaso, pues los índices de inseguridad en su gobierno aumentaron sustancialmente, fue el periodo de la alcaldía donde se aumentaron más las muertes, el robo aumentó de manera exponencial, y para acabar de ajustar, al peor estilo de las películas gringas, compró con recursos de los contribuyentes un helicóptero con cámaras para pasear en las noches por la ciudad para atrapar criminales, pero no hubo ningún criminal atrapado gracias a dicho helicóptero.

Otro de sus desaciertos y que parece que la gente lo ha olvidado, es que Federico Gutiérrez derrochó más de 130 mil millones de pesos en publicidad oficial cuando fue alcalde, obtenidos de los recursos públicos para comenzar prematuramente su campaña a la presidencia en 2022.

Pero el mayor escándalo que salpica al candidato Fico, es su relación con organizaciones criminales; en el 2017, su entonces secretario de Seguridad de Gobierno Gustavo Villegas, fue condenado por la Fiscalía al encontrarle nexos con miembros de la oficina de Envigado, según el propio ente penal acusatorio, Villegas había infiltrado información que privilegió a los miembros de la organización criminal en materia de seguridad y alianzas políticas en la ciudad de Medellín.

Como píldora para la memoria, hubo una situación que puso en vilo a los ciudadanos de la capital antioqueña en materia de seguridad y garantías de convivencia, fue el caso del enfrentamiento entre distintos grupos al margen de la ley por el control territorial del Valle de Aburrá para el expendido de drogas y el microtráFICO.

¿Recuerdan ustedes en 2017 los videos en los que aparecían grupos de personas armadas disparando hacia las laderas occidentales y orientales de Medellín, Bello y Envigado? Este fue el producto de la disputa entre bandas armadas que se cocinó en plena alcaldía de Fico.

Otra gran píldora para la memoria es lo que sucedió en 2016 con el paro armado dentro de Medellín, algunas organizaciones criminales como es el clan úsuga por ejemplo, se declararon en paro armado, llegaron a quemar buses y se prohibió el tránsito de personas en algunas zonas fronterizas que los grupos al margen de la ley consideraban bajo su dominio; ese paro armado demostró que las bandas criminales y de narcotráFICO estaban presentes en Medellín jugando con el miedo de la gente. Pero aún así, Fico en sus presentaciones públicas se burla de la memoria de la gente, y dice que su gobierno fue el más seguro de todos.

A mi que no me vengan a decir que Fico no basó su Alcaldía y sus estrategias de comunicación en el discurso de la seguridad y reducción de los homicidios, porque fueron cosas que no logró. Además, trató de convertir cualquier movimiento de seguridad de Medellín en actuaciones mediáticas, lo cual lo llevó a equivocarse capturando personas que eran inocentes.

Si este es su modelo y ejemplo de administración de una mediana ciudad, no me lo imagino gobernando un país como Colombia.

@juancaortegas

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Redacción Minuto30

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