Desde su génesis, el “Acuerdo de Paz” de la Habana ha sido ilegitimo, en tanto que desconoció la voluntad popular soberana que se pronunció contundentemente diciendo NO.   Diciendo NO a un Acuerdo que más que buscará la tan vociferada paz, buscaba legalizar carteles de droga a cargo de los grupos al margen de la Ley, además de darles representación política y proteger sus rentas maniatando la fumigación so pretexto de protección al medio ambiente.

Todas estas advertencias que se hicieron en su momento y que decían que no eran ciertas hoy se hacen realidad.

La creación de las disidencias, que no son más que el ala militar de los grupos guerrilleros legalizados que hoy ostentan poder en el congreso con curules obsequiadas sin ningún tipo de mérito democrático.

La esperanza de una verdad, como eje fundamental del proceso, construida sobre la base de las versiones de todos los actores del conflicto, hoy se ve desdibujada por la narrativa creada por la mal llamada “Comisión de la Verdad”, la cual pretende reescribir la historia de Colombia, limpiando la sangre de las manos de los victimarios, manchando el honor de las fuerzas armadas y relegando a un tercer plano a las verdaderas víctimas del conflicto que hoy reclaman verdad, justicia y reparación.

El modelo de justicia establecido en la JEP, se encuentra claramente ideologizado en favor de los victimarios, cuando deberían ser las víctimas las que se encuentren en el centro del proceso, hoy la JEP le da la espalda a las víctimas y abre los micrófonos solo a los procesos que involucran a militares, con el ánimo de reforzar la narrativa impuesta por la “Comisión de la Verdad”.

La realidad de Colombia hoy se retrata en la afamada frase dicha por el Primer Ministro Británico Winston Churchill, “El que se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra”.

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio