A tiempo para que el presidente Obama pueda presentarse en la cumbre del G-20 de Toronto con los deberes más o menos hechos, negociadores de la Cámara Baja y del Senado de Estados Unidos han pasado la noche en vela pero al amanecer se han puesto de acuerdo para sacar adelante lo que se considera como la reforma del sistema financiero más profunda desde la gran crisis de 1929.
La iniciativa consensuada en Washington supone aplicar las dolorosas lecciones aprendidas durante la crisis del “suprime”, con una profunda reestructuración del los controles sobre Wall Street y mayores protecciones para los consumidores. La nueva legislación facilitará el hacer frente a instituciones en apuros que hasta ahora han entrado en la categoría de “demasiado grandes para caer” e impone a los bancos mayores requisitos de capitalización.
Entre los aspectos más polémicos del acuerdo alcanzado destaca la limitación de operaciones especulativas a los bancos con sus propios fondos, la llamada “regla Volcker” impulsada por el ex presidente de la Reserva Federal. Además de una supervisión más estricta del mercado de derivados.
La industria americana de las finanzas y banca anticipa que todas estas nuevas reglas del juego pueden llegar a suponer un recorte de hasta el 20 por ciento en sus beneficios. Durante los próximos días, cada Cámara del Congreso tendrá que ratificar el proyecto de ley de 1500 páginas con el objetivo de que el presidente Obama pueda firmarlo para la patriótica festividad del 4 de julio.
.- Nuevos poderes: Se crea un consejo único de reguladores y se confiere a la Reserva Federal nuevas atribuciones. El gobierno podrá intervenir grandes instituciones al borde de la bancarrota. Se podrá regular a las agencias de calificación de crédito para evitar conflictos de intereses.
.- Límites a la especulación: Se imponen significativos límites a las operaciones que los bancos pueden hacer con instrumentos derivados. Los fondos de alto riesgo con más de cien millones de dólares deberán registrarse y revelar información sobre sus transacciones y carteras de inversión.
.- Protección al consumidor: Se crea una Oficina de Protección Financiera del Consumidor, que estará dentro de la Reserva Federal. Esa agencia supervisará los bancos con más de 10.000 millones de dólares en activos, y podrá elaborar y aplicar nuevas reglas sobre hipotecas y otros instrumentos financieros
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Redacción Minuto30

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