Se le ha querido dar un contexto criminal a algo que a mi juicio es puramente político: la captura de Gustavo Villegas, Secretario de Seguridad de la Alcaldía de Medellín, hasta la mañana de ayer. Una orden de captura sorprendió temprano del día martes 4 de Julio al funcionario estrella del alcalde Federico Gutiérrez.

Para nadie es un secreto, de la voluntad y empeño con la que ha trabajado Gutiérrez en los primeros dieciocho meses de mandato, y sobre todo lo que se ha esforzado por contrarrestar la delincuencia de Medellín. Quizás, no es perfecta su labor pero iba por buen camino; lo hacía con entusiasmo de la mano de la estructura judicial del Estado. Sin embargo, ha quedado claro que lo dejaron solo, se ha revelado con el hecho de ayer, que dormía con el enemigo.

Federico Gutiérrez siempre quiso trabajar de la mano del organismo judicial, el mismo que es cuestionado por la impunidad del noventa por ciento de los delitos en Colombia, Gutiérrez le quería apoyar y dar la mano desde su gobierno para alcanzar un mayor porcentaje en la judicialización de los crímenes de Medellín; pero al parecer no hubo armonía.

En un país que carece tanto de orden y fortaleza institucional, siempre es necesario líderes con el carácter de Federico Gutiérrez, sin embargo, su determinación y liderazgo incomoda. Su radiante personalidad, ya lo hacía brillar a nivel nacional; en los diferentes medios de comunicación.

El alcalde de Medellín se estaba convirtiendo en un líder influyente, capaz de contribuir de manera considerable en las elecciones presidenciales del 2018. Y eso, sumado a su desapego por el centralismo, no es recibido cordialmente por la aristocracia que aún existe en Colombia, disfrazada de democracia.

Una captura llamativa y en un escenario pre-electoral, vuelve a rondar como un fantasma en Colombia, ya en el pasado esto se dio con el nombre de Luis Alfredo Ramos, señalado por cometer delitos parecidos a los de Gustavo Villegas. Y la conclusión es, que Ramos hoy ha podido desmontar un cartel de falsos testigos que orquestaron en su contra, aun así, se encuentra hace meses con libertad condicional, a la espera de que la justicia le ratifique en sentencia su ya probada inocencia.

Esto pasa en Colombia, en el país que mira a su vecino Venezuela con repudio, por el abuso de autoridad de su mandatario, pero que sus hechos en esencia, son igual o más reprochables, de la mano hipócrita de la diplomacia, amparada en la “institucionalidad”.

Mi solidaridad con Federico Gutiérrez, esta captura de su funcionario estrella, afecta su proyecto político y administrativo, atropella un plan de gobierno que incomoda a muchos, sobre todo al país devoto del centralismo. Sin embargo, será la justicia quien logre probar sus investigaciones, pues de no ser así, estaremos ante otro caso como el de Ramos.

¿Falto pleitesía? Quizás, si quería terminar su gobierno como alcalde de Medellín sin escándalos ¿Es el final del proyecto político de Gutiérrez? Desde luego que no, supongo que debe ser el comienzo.

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Redacción Minuto30

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