Un bebé indígena fue quemado por error durante una velación por su supuesta muerte. Los padres del menor, convencidos de su fallecimiento, lo abrigaron con una manta y procedieron a adelantar los rituales por su deceso.
Los familiares del niño, pertenecientes al resguardo Embera del municipio de Pueblo Rico, Risaralda,procedieron a adelantar la velación al entender que el menos había nacido muerto.
Al percatarse que el recién nacido no había fallecido, sus familiares se remitieron hasta el hospital más cercano, de allí fue enviado a un centro asistencial de mayor nivel, pero, debido a la gravedad de las quemaduras y la inhalación de humo, falleció-