El proyecto AWARE de la Universidad de Southampton (Reino Unido) inició en 2008 el primer estudio a gran escala de las llamadas “experiencias cercanas a la muerte” o ECM, que no son sino impresiones sobre el entorno narradas por personas que han pasado por muerte clínica pero han sobrevivido, o por personas que han estado al borde de la muerte. Los resultados de esta investigación acaban de publicarse en la revista Resuscitation.

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El estudio, que se ha prolongado durante cuatro años y que ha analizado 2.060 casos de muerte clínica por paro cardiaco, ha demostrado que, en algunos de estos casos, los recuerdos de conciencia visual compatibles con las experiencias extracorpóreas, aquellas en las que se tiene la sensación de estar flotando fuera del propio cuerpo, pueden encajar con situaciones o hechos reales.

Según los científicos, sus resultados avalan que estas experiencias requieren de una investigación seria y sin prejuicios para comprender con claridad todo el proceso. “Contrariamente a lo que se cree, la muerte no es un momento específico sino un proceso potencialmente reversible, que ocurre después de cualquier enfermedad o accidente grave hace que el corazón, los pulmones y el cerebro dejen de funcionar”, afirma Sam Parnia, líder del estudio.

Gracias a este proyecto de investigación, que ha ido más allá de los limitados estudios científicos sobre este tema, hemos podido conocer que el 39% de los pacientes analizados que sobrevivieron a un paro cardíaco y que fueron sometidos a entrevistas posteriores, narraban tener una percepción de conciencia durante el evento, pero no tenían ningún recuerdo específico de lo sucedido. Esto “sugiere que más gente tendría actividad mental inicialmente (en esa circunstancia), pero que no lo recuerdan tras su recuperación”, explica Parnia.

En una de las verificaciones realizadas por los científicos, descubrieron que en todos los pacientes con estas experiencias, la conciencia pareció darse durante un período de tres minutos tras haber cesado los latidos del corazón, a pesar de que se considera que el cerebro deja normalmente de funcionar tras 20 ó 30 segundos después de haberse producido la parada cardiaca.

La respuesta científica del proyecto AWARE a un tema tan controvertido, que ha sido tachado habitualmente de paranormal o espiritual, ha sido posible gracias a una sofisticada tecnología de análisis del cerebro y la conciencia del ser humano durante el proceso de parada cardiorrespiratoria. De la misma forma, los investigadores también analizaron la capacidad tanto de “ver” como de “oír” durante el estado de muerte clínica, así como realizaron tests psicológicos y técnicas de registro de la actividad cerebral.


Fuente: muyinteresante.es

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