Tal como lo pidió, el funeral de esta persona se llevó a cabo con mucha música del género reguetón y bailarinas.
Las bailarinas se suben al ataúd y empiezan a bailar las canciones que mas le gustaban al fallecido, en medio de una algarabía y muchos aplausos.
Las imágenes han generado burlas y críticas, pero se trata de un fenómeno cultural que tiene acogida especialmente en países del Caribe.