Para cualquier colombiano trabajador, es un gran logro tener un automóvil, refleja tanto el esfuerzo como la gran cantidad de horas de labor y esfuerzo que se necesitan para conseguir un automotor. Pero, ¿comprar carro en Colombia verdaderamente es un gran logro?, no lo creo, más bien, es la caída en una gran estafa, es la entrada a un mercado que en nuestro país sencillamente está surgiendo y de la manera como lo está haciendo, es un completo fracaso.

En primer lugar, lo más triste e indignante de toda ésta problemática, es que nos venden la seguridad de todos los pasajeros como un lujo. Claro que tiene sentido que por tener más sistemas de seguridad el carro que soñamos valga más, pero lo que no tiene sentido es que nos vendan vehículos que incumplan normas internacionales de seguridad como un “perfecto carro familiar”; en realidad, la culpa es nuestra, de los consumidores, por no conocer y no preguntar a los vendedores las acreditaciones y los certificados de seguridad que el vehículo debe tener para rodar por vía pública. Comprar un carro a ciegas, confiando en la palabrería de las marcas, es como un cáncer haciendo metástasis; el problema se vuelve más letal y sin una cura con el paso del tiempo.

Las importadoras de vehículos nos envían a Colombia sin ningún escrúpulo los carros que en otros lugares del mundo no tienen los requisitos para ser vendidos, nos mandan las referencias restantes de su inventario después del fracaso en mercados como el norteamericano o el europeo; y más descarados aún, en los concesionarios locales venden estos vehículos a precios exorbitantes a comparación de su costo en otras naciones. Y no estoy hablando del alto precio de comprar un Audi, un BMW o un Mercedes-Benz, me refiero a la gran cantidad de impuestos y aranceles que son adicionados para automotores dirigidos a familias de estratos económicos bajo y medio.

Como consumidores de ésta industria tenemos que cuestionar el fondo verdadero de ésta problemática, ¿realmente la culpa es de las empresas que manufacturan o que importan éstos vehículos? No lo creo, una compañía al momento de lanzar un producto al mercado tiene muy claras las características y fallos del producto, en el caso de los vehículos se determina si pertenecen a los vehículos de bajo costo o al sector de lujo. Pero como lo dije antes, no estamos hablando de lujo y confort; la verdadera problemática está en la seguridad, la insipiencia de materiales probados y rentables para un bajo costo de los vehículos es el punto crítico que tiene en alerta roja a la industria automotriz a lo largo de todo el mundo. Los vehículos carentes de muchas normas de seguridad, son vendidos a altos precios en todos los países en desarrollo.

Entonces, a manera de reflexión ¿Qué podemos hacer como consumidores para que nuestro carro sea un logro y no un arma de doble filo?; debemos investigar y preguntar acerca de los distribuidores que traen los vehículos al país, debemos tener claro la procedencia del producto (saber si fue ensamblado en Colombia o en el exterior) y lo más importante, conocer las normas de seguridad que avalan a el automotor. La industria en nuestro país funciona beneficiando a las minorías gracias a que no sabemos realmente en que estamos gastando nuestro dinero.

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Redacción Minuto30

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