Los videos e imágenes de la abucheada a Timochenko en Quindío el pasado 2 de febrero se hicieron virales en cuestión de minutos. Todos los colombianos fuimos testigos de como la ciudadanía indignada lo recibió a punta de insultos ante el cinismo del líder de las Farc.

Rodrigo Londoño, mejor conocido en el mundo del crimen como alias Timochenko, inició su gira presidencial en el Quindío porque considera al departamento como “su patria chica” ya que ahí inició sus pasos en el crimen.

En la abucheada no faltaron los calificativos para él, desde “fuera guerrillero, fuera asesino” hasta “genocida”. Los insultos llegaron a tal punto que le tocó refugiarse en las oficinas de la Lotería del Quindío. Cuando los escoltas intentaron sacarlo del lugar, la ciudadanía la emprendió contra el vehículo que lo transportaba.

No justifico la violencia, pero lo que le pasó a Rodrigo Londoño en Armenia es el reflejo de los colombianos indignados que ven como los responsables de crímenes de lesa humanidad no pagan por sus crímenes y por el contrario, son premiados con impunidad y elegibilidad política.

En Twitter, Timochenko adjudicó lo sucedido a una “campaña de desprestigio”. ¡Cínico! A él y a todos los miembros de las Farc hay que decirles que no hay necesidad de desprestigiarlos, eso se lo han ganado a pulso. ¿Hay que recordarles los miles de crímenes que cometieron y que hoy están en la total impunidad? ¿Los secuestrados que nunca volvieron a sus hogares o los más de 2.800 menores reclutados de los que nunca se supo su paradero?

Las Farc negociaron con el Gobierno de Juan Manuel Santos, pero esa negociación no incluía el perdón, el respeto ni el afecto de los colombianos. Mucho menos si pasaron por encima de la voluntad popular expresada el 2 de octubre de 2016 en el plebiscito.

Nuestra responsabilidad como ciudadanos, es no dejar que el país olvide los crímenes que las Farc cometieron y que quedarán en la impunidad por cuenta de la Justicia Especial. Los criminales quieren cambiar la historia: pasar de asesinos a próceres de la patria. No podemos permitirlo.

Las Farc no pueden andar tranquilas por las calles del país como si no hubieran daño, mucho menos mostrándose como prohombres. Es por ello que, si la justicia en Colombia, gracias al Gobierno, no actúa frente a los más atroces crímenes de las Farc, lo mínimo que merecen los terroristas es la sanción social de los ciudadanos.

@andresportillo_

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Redacción Minuto30

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