Todas las promesas de Año Nuevo requieren voluntad y disciplina. Aquí, algunos consejos para que, en lo que respecta al dinero, el tiempo que llega esté lleno de tranquilidad.

Identificar prioridades y planear

Definir los asuntos a los que dedicará más atención en términos monetarios es una buena manera de empezar el año. Planear se hace indispensable para el éxito de los propósitos. En una agenda o un tablero establezca sus deudas y gastos urgentes, luego aquellas cosas que le gustaría adquirir durante el año y, finalmente, los planes más ambiciosos para esos 365 días.

A partir de ello podrá elaborar un presupuesto y definir si puede pagar de contado o si requiere hacerlo a crédito. Y, en ese último caso, puede programar los desembolsos. Es, como lo dice el economista Andrés Gómez Arango, gastar y ahorrar en consecuencia con esas prioridades. Vale la pena que de vez en cuando le dé una revisada a las metas y haga un repaso por sus deudas y el ahorro logrado.
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Mantener las deudas a raya

El contador argentino Gerardo Pratto recomienda que las deudas no excedan el 30% del total de los ingresos, porque los gastos cotidianos como el arriendo, los servicios, el mercado, la telefonía y el entretenimiento son casi inevitables y no dejan mucho lugar para la responsabilidad con las deudas. Estas, además, pueden dividirse en el uso de tarjetas de crédito y los préstamos.

Para el manejo de las tarjetas, Pratto recomienda usarlas para acceder a bienes semidurables caros, como teléfonos, televisores, cámaras o viajes. La ventaja de las tarjetas de crédito consiste en que aligeran la espera para acceder a esos bienes. Pero, si puede ahorrar para conseguirlos y tener un poco de paciencia, verá los resultados al contar con más efectivo mensual y mayor flujo de reserva monetaria.

El reto es pagarlos en máximo seis cuotas “para no quedar atrapado por mucho tiempo y evitar recargos”. Además, sugiere que –en lo posible– los pagos nunca sean por el mínimo, sino más bien por el saldo de la deuda, de modo que los altos intereses que cobran los bancos no eliminen los beneficios de la compra a cuotas.

En cuanto a los préstamos, dice el contador, son buena idea para concretar logros materiales más trascendentes como el carro o la vivienda. En este caso, recomienda no realizar créditos prendarios, o aquellos en los que el bien que se adquiere queda como prenda, puesto que los costos de financiarla son muy altos.

El valor del ahorro

Hacerlo es pensar en el futuro. De acuerdo con el economista Andrés Gómez, la decisión sobre cuánto debe guardarse depende mucho del nivel de ingresos de una persona y, sobre todo, con la percepción del riesgo. Alguien que tenga aversión al riesgo tenderá a ahorrar más que otra que viva sin esa prevención, explica.

Sin embargo, aun en casos de poca previsión, recomienda conservar mensualmente un porcentaje del salario destinado a emergencias, para que en caso de que aparezcan no sea necesario endeudarse o renunciar a otros propósitos del año.


Fuente: MedPlus
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