El liderazgo es un viaje que tu decides emprender. Para iniciarlo debes dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Dónde estoy ahora?, ¿A dónde voy? ¿Cómo voy a llegar allá? A continuación, vamos a dar algunas luces que pueden ayudarnos a contestar las preguntas formuladas previamente.
Es importante que nos preguntemos en donde estoy ahora respecto al liderazgo. Independiente de la posición social, profesional, académica o laboral en la que te encuentres, considero que es clave que realices un diagnóstico sobre tu situación actual. Para ayudarte con este dilema, voy a decirte varias cosas que son esenciales y que no debes olvidar en este proceso. La primera, que el liderazgo es una elección y un
comportamiento que puede ser aprendido; la segunda, que ser líder consiste en lograr la grandeza y la excelencia personal, logrando la grandeza y la excelencia en los demás; la tercera, que el liderazgo no es para unos pocos privilegiados, absolutamente todos estamos llamados a ser líderes y tenemos las condiciones para lograrlo; y, la cuarta, que el liderazgo empieza por el gobierno de sí mismo.
De acuerdo con lo anterior, para iniciar este viaje, debemos empezar por el conocimiento propio, cuestión sine qua non para poder liderarme y gobernarme. Es una mentira decir que soy un buen líder si no soy capaz de controlar mis impulsos, mis emociones, es decir, mi temperamento. El conocimiento de sí es la primera responsabilidad de quien quiera ser un buen líder. El líder es aquel que vive en la verdad sobre sí mismo, trabaja en su autoconocimiento como base de todo su liderazgo. El líder se gobierna a sí mismo para poder gobernar y liderar a los demás.
En este proceso de conocimiento propio, juega un papel fundamental el conocer con que talentos, dones y flaquezas vinimos al mundo, es decir, conocer nuestro temperamento. Éste se nos da por naturaleza, es el que guía nuestras inclinaciones y es la pauta de nuestras reacciones dada nuestra constitución fisiológica. Nacemos con un temperamento y no podemos cambiarlo. Nacemos y moriremos con las cualidades y defectos de nuestro temperamento. Cualidades y defectos que pueden ser potencializadas las primeras y moderadas las segundas, poniendo en practica las virtudes.
En tiempos pasados se clasificaban a las personas por temperamentos. Fue Hipócrates, el médico de la antigua Grecia en el siglo V antes de cristo, quien hizo la primera clasificación, según la cual, los seres humanos teníamos en nuestro cuerpo ciertos líquidos llamados humores, estos líquidos eran la bilis, la bilis negra, la flema y la sangre,
cuyo equilibrio determinaba el temperamento de las personas, de tal manera que si en una persona predominaba la flema, se decía que era flemática, si predominaba la sangre, era colérica, etc.
Aunque hoy en día, la teoría de los humores ha sido superada por los grandes avances de la ciencia, aún sigue estando vigente la clasificación de las personas por los
temperamentos, los cuales están determinados por la influencia genética, endocrina y del sistema nervioso.
En la mayoría de las veces, todos tenemos un temperamento primario que nos caracteriza mas que otro, y uno secundario que ayuda a moderar algunas fragilidades del primario. Los cuatro temperamentos que existen -que son supremamente útiles en este viaje del liderazgo- y que son fundamentales en el proceso de conocimiento personal para mejorar y crecer como lideres, son: el colérico, el sanguíneo, el melancólico y el flemático. Las mezclas posibles de temperamentos, son: colérico/melancólico; colérico/sanguíneo; sanguíneo/colérico; sanguíneo/flemático; flemático/sanguíneo; flemático/melancólico; melancólico/flemático; y, melancólico/colérico. Como puedes ver, son 12 tipos de temperamentos con sus respectivas mezclas entre ellos. De lo anterior, queda claro también que hay unas combinaciones que no son posibles, por ejemplo, un colérico no puede ser a la vez flemático, y viceversa, igual que un sanguíneo no podrá ser melancólico. Aquí les dejo una prueba confiable para que conozcan su temperamento:
https://www.temperamentquiz.com/register
Fuente: (Havard, 2019)
Conocer nuestro temperamento es fundamental para continuar con nuestro viaje hacia la formación y educación como líderes, toda vez que en ese proceso vamos a poder conocer cuales son nuestras fortalezas y debilidades biológicas, que va a facilitar ese conocimiento propio, y que ayudará entre otras cosas a entendernos, conocernos, comprendernos, amarnos y no juzgarnos, y, así mismo, vamos a empezar a ver a los demás con otros ojos, a entenderlos y conocerlos mejor, lo que favorecerá el darnos cuenta de que el otro es igual a mi en dignidad, pero muy diferente en temperamento, permitiendo el desarrollo de la empatía, la comprensión, la compasión y la comunicación en nuestras relaciones personales, profesionales, laborales, familiares y sociales.
Finalmente, aunque cada uno debe contestar las preguntas con las que inicie esta columna, puedo decir que para saber ¿En dónde estoy? en este camino hacia el liderazgo, lo primero que debemos hacer es dedicarnos tiempos para descubrirnos y conocernos a nosotros mismos. La respuesta de ¿Hacia dónde voy?, dependerá de cada uno, pero si quieres emprender el camino hacia el liderazgo, debes concentrarte y enfocarte en ser un líder virtuoso, al cual todos estamos llamados a ser sin importar
nuestro origen. Y, sobre el ¿Cómo llegar allá?, esto dependerá del uso que hagamos de nuestra libertad para decidir como educarnos. Recordemos que la palabra educar, proviene de la palabra latina “Ex ducere”, “Ex” es sacar, “ducere” viene de una raíz indoeuropea “deuk” que significa guiar, encaminar. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, educar es “dirigir, encaminar, desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales…”, en otras palabras, es conducir en el conocimiento, de tal manera pues, que educar, en este contexto del liderazgo, consiste en sacar lo mejor de nosotros y de los demás, y conducirlos por el camino correcto, que, en mi concepto, no es otro diferente que el camino de las virtudes humanas, las cuales, si las practicamos, lograremos un mejor estar para nosotros y para los que nos rodean en beneficio del bien común.
@FranciscCardona
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