Los ciudadanos se mostraron preocupados por el color amarillo en el agua en algunas áreas del norte del Valle de Aburrá.
Esta inusual coloración se debe a la disminución del nivel del embalse Riogrande II.
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Este embalse, que abastece de agua a la planta Manantiales, responsable del suministro del 45% del agua potable en la región, está experimentando un bajo nivel debido a los efectos del fenómeno de El Niño.
A pesar de las recientes lluvias que han beneficiado a otros embalses, el Riogrande II se encuentra actualmente al 42.13% de su capacidad.
Esta situación obliga a captar el agua a mayor profundidad, donde se concentran sustancias que pueden alterar el color del agua cruda, especialmente con la entrada de corrientes frías durante las precipitaciones.
Aunque el agua tenga un color amarillo, esta sigue siendo potable, y apta para el consumo humano.
Las medidas de turbidez y la concentración de cloro en el agua cumplen con los estándares establecidos por las regulaciones colombianas.
Para abordar esta situación, EPM está implementando ajustes operativos en la planta de potabilización Manantiales y en los sistemas de distribución.
Ante la posibilidad de que estos cambios en la apariencia del agua se propaguen a otras áreas del Valle de Aburrá, EPM insta a los usuarios a seguir ciertas recomendaciones:
• Evitar almacenar agua en los tanques internos por más de 24 horas, ya que esto puede favorecer que el agua salga más amarilla.
• Verificar el color del agua antes de realizar el lavado de prendas blancas en la lavadora.
• Si el agua presenta coloración debe evitarse el lavado de la ropa con productos clorados.
• Se debe tener en cuenta que hervir el agua no disminuirá su coloración.
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