Durante Semana Santa el municipio de Girardota se convierte en un destino por excelencia para los feligreses.
Cada año miles de fieles van a Girardota para asistir a los eventos religiosos y a pagar promesas.
Los recorridos, que suelen empezar desde el sur del Valle de Aburrá y van hasta Girardota, caminando, descalzos y a veces hasta arrodillados, siempre requieren de la atención de las autoridades.
En este Viernes Santo el cuerpo de bomberos del municipio tuvo que atender a “alrededor de 60 o 70 personas”.
A estos se les trató ampollas, deshidratación, cansancio y golpes de calor.
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