Con sorpresa y profunda decepción se recibió la decisión del director nacional del Partido, César Gaviria Trujillo, de suspender las elecciones internas de cara a la IX Convención Nacional Liberal. Esa decisión, monárquica, inconstitucional y antiestatutaria, respaldada acríticamente por la gran mayoría de congresistas liberales, desconoce el sentir de las bases, su militancia histórica y pasa por alto importantes procesos de fortalecimiento e institucionalización del liberalismo en los territorios.
El Partido Liberal, el principal baluarte de las mayores conquistas sociales y políticas en la historia del país, no puede seguir siendo víctima del secuestro de César Gaviria y su cúpula de incondicionales. Quienes toman decisiones arbitrarias que solo responden a sus intereses y desconocen el sentir de las bases y la militancia liberal.
No se puede estar de acuerdo con una decisión arbitraria que a todas luces desconoce la importancia e institucionalizar el partido de cara a las elecciones de octubre o si acaso utilizar estas elecciones como “excusa” para no celebrar un proceso construido con los liderazgos territoriales, de la mano con las comunidades y que forma parte de un mandato expreso en los estatutos del Partido.
Desde que César Gaviria asumió la dirección nacional y fidelizó una cúpula de congresistas que secundan cada una de sus decisiones, el partido se ha desconectado de sus bases y ha venido desconociendo a su militancia. La esencia del liberalismo. Ese secuestro, porque no se puede llamar de otra forma, ha conllevado a que se tomen decisiones erráticas como el apoyo a Iván Duque en las elecciones de 2018 o el inconsecuente respaldo a Federico Gutiérrez en la primera vuelta presidencial.
El partido no puede seguir sometido a los caprichos de César Gaviria y su cúpula de incondicionales. Se deben respetar los procesos institucionales y otorgarle a la militancia la centralidad que se merece. Como diputado y liberal convencido, rechazó tajantemente esa decisión autoritaria. El partido se merece más por parte de su dirección nacional y debe recuperar el rumbo tras tantos años de secuestro.
¡El Partido Liberal se debe liberar!
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