Una pareja de payasos, conocidos como Chispita y Charquito, un día salieron a trabajar y nunca más volvieron. Dos meses después fueron hallados seis metros bajo tierra.
Los hechos ocurrieron en Guatemala, donde después de meses de buscarlos, el 30 de junio hallaron a los payasos enterrados en una zona en la que también encontraron pintura, su ropa de colores y zapatos correspondientes, artículos para trucos de magia y otras de sus pertenencias.
Al realizar la inspección técnica de los cuerpos sin vida, que fueron sacados de la tierra completamente envueltos en nylon, y hacerles una autopsia, se evidenció que fueron torturados y estrangulados.
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