El robot de OpenAI aprendió a resolver un cubo Rubik con una mano, ojo que no solo puede resolverlo, sino que aprendió a hacerlo.
Su software está diseñado para aprender una acción determinada, pero además, a hacerlo bajo condiciones imprevistas.
El algoritmo comenzó sin siquiera saber cómo mover los dedos para manipular el cubo.