Villas-Boas sigue escribiendo líneas en su su hoja de méritos. El Porto se proclamó campeón de la Europa League, recogiendo el cetro del Atlético de Madrid, frente a un Sporting de Braga que le plantó cara, pero que se tuvo que rendir a un cabezazo poderoso, contundente, propio de los mejores rematadores obra del Falcao.
Llegaba como favorito absoluto a la final el conjunto blanquiazul. La final entre postugueses estuvo ajustada en el resultado; con algumos momentos tensos lógicos; con algunas propuestas buenas del conjunto de Braga, que intentó frenar en lo posible los diabólicos contragolpes del Porto; pero que controló con y sin balón el cuadro de Villas-Boas. No fue el mejor de los partidos. La final más emocionante posible. Se esperó más brillo del favorito, que desbancó en semifinales al Villarreal. Pero lo concluyente fue que el resultado fue favorable para el Porto.
El planteamiento de Domingos Paciéncia incomodó, sobre todo en la primera mitad a su temido rival. No tanto para sorprenderle en ataque —solo Custodio tuvo una clara ocasión en el primer acto— como en la destrucción del juego de ataque de los Guarín, Varela, Falcao y Hulk. Pero las buenas intenciones del Braga —equipo que eliminó en la previa de «Champions» al Sevilla, pero que cayó a Liga de Europa tras la fase de grupos—, las cortó de cuajó el cabezazo en el 44 de Falcao. Tuvo la oportunidad de empatar Mossoro en el inicio del segundo acto, pero Helton sacó un pie impresionante. El Porto acabó coronándose en Europa.
Con información de abc.es