Si Carlos «El panzer» Carvajal tiene gran culpa en la campaña del Medellín, los jugadores son el complemento perfecto a esa cadena de despilfarros y horrores. Algunos jugadores volvieron a demostrar que no tiene con qué y que su ciclo en el rojo, debería terminar ahora mismo.
Jugadores que devuelven siempre el balón hacia los defensas porque no son capaces de echarse al hombro al equipo o intentar algunas sociedad con sus compañeros. Aquellos que no son capaces de pegar ni una patada en un momento crucial en que sí la deben pegar. Aquellos que se descuidan, que se elevan, que prefieren no correr o que peor aún, se hacen los bobos porque no es con ellos.
Increíble, aquellos que no gritan, que no toman nunca el mando, que no presionan al rival y que el árbitro y el rival les hace de todo en la cara. Aquellos que entrevista tras entrevista dicen que trabajan, que tienen ganas, que apoyan al DT y que quieren clasificar, pero que en cancha hacen todo lo posible para que eso no se dé.
Valga aclarar que no son todos. Son algunos, la mayoría. Gracias a dios todavía conservamos algunos jugadores que agradecen el hecho de ser futbolistas y sudan la camiseta. Gracias a los que saben y agradecen con esfuerzo el sueldo que muy cumplidos sí van a cobrar.
Si el técnico es culpable, los jugadores también lo son, y bastante. Hoy dejaron una feísima impresión y algunos revalidaron que no son para Medellín. Porque ni siquiera fueron capaces de ganarle a Equidad, Pereira, Cartagena, Envigado, etc. Muy clarito se escuchó en las tribunas “suda la camiseta” y “No tienen vergüenza”.
Carlos Hernandez