Un inhibidor de señal se usó para abrir una camioneta blanca estacionada en la carrera 45 A en un sector de Envigado.
Dos personas: un hombre y una mujer, que caminaban por la acera se detuvieron frente a la puerta del conductor. El hombre abrió la puerta mientas la mujer «campaneaba» y hablaba por celular. No se ve nada sospechoso, luego un carro gris recogió a la pareja de ladrones y se van.
En Colombia lo llaman «el control«, en países como Argentina le dicen inhibidor de señal. Es una modalidad discreta, en un reportaje de el diario El Clarín de Argentina, un ladrón de procedencia colombiana afirma que hay que estar bien vestido y disimular ser el dueño del carro con el fin de poder usar esta método de robo. Dice que es un aparato caro, cuesta unos 850 mil pesos colombianos -unos 15 mil pesos argentinos.
Funciona en el momento en que el conductor ha descendido del vehículo y activa la alarma mientras se va. Si el propietario no está alerta del sonido de la alarma, y hay cerca un inhibidor de señal, el carro permanecerá abierto sin dar ningún tipo de alerta. Es por eso que los ladrones permanecen cerca, pasando de incógnitos en parqueaderos.
El año pasado hechos ocurridos en sectores del Área Metropolitana como Belén, Laureles, Castilla y Bello dejaron a Medellín como la ciudad del país con mayor índice de hurto a automóviles del país.