Se conoce la identidad del hombre que saltó al vacío en hotel de La 70: Era Lituano y estaba con la mamá

Minuto30.com .- Como Tomás Gedrimas fue identificado el hombre que saltó al vacío la tarde de este viernes 19 de enero cuando estaba en un hotel en inmediaciones de la Carrera 70 en Laureles.

Lituano, a cinco días de cumplir 42 años y con problemas de ansiedad y estrés; estas son las características del hombre que cayó, no de manera accidental, desde el piso doce de un hotel ubicado en Laureles, occidente de Medellín.

Al parecer el hombre que enfrentaba una crisis de estrés había viajado a Medellín en compañía de su madre, por sugerencia de una sicóloga que lo trataba.

Según versiones preliminares, el hombre que estaba acompañado de su mamá en ese momento, habría sufrido una crisis de ansiedad poco antes de saltarse la baranda y volar desde el piso 12 para ir a dar contra el frío pavimento, muriendo de manera instantánea.

El hecho se registró a las 4:07 de la tarde de este viernes 19 de enero en la carrera 70 con calle 44B.

Tomaba medicamentos para tratar la ansiedad y las alucinaciones

Al parecer Gedrimas estaba medicado con un tratamiento para contrarrestar la esquizofrenia crónica y psicosis paranoicas con síntomas como alucinaciones, delirios paranoicos y alteraciones del pensamiento, acompañados de apatía, anergia y aislamiento.

El hombre de origen Lituano habría viajado a Colombia con el propósito de descansar y bajar sus niveles de estrés, en compañía de su madre, que le acompañaba al momento del lamentable hecho.

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A punto de cumplir años

Tomás Gedrimas estaba próximo a cumplir 42 años; pues su fecha de nacimiento era el 24 de enero. Así las cosas, murió solo cinco días antes de la edad que marca la crisis de la mitad de la vida y replantea su existencialidad, de acuerdo con la astrología.

Según Clarín de Argentina, los 42 son un inédito momento que ofrece una “compleja claridad” acerca de uno mismo, que invita a realizar un giro de 180 grados para ser fieles a nuestros deseos más legítimos y desarrollar aquellas “asignaturas pendientes”.

Además, esta edad marca un burdo intento de recuperar “la juventud perdida” y propicia que el destino presente mucho límite o censura.

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