Las trampas mortales de EPM

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en una de sus acepciones define la trampa: “como aquel artificio para cazar, compuesto ordinariamente de una excavación y una tabla que la cubre y puede hundirse al ponerse encima el animal”.

Pues bien. Es de total notoriedad el estado de descuido en que las Empresas Públicas de Medellín tiene muchas cajas protectoras de los contadores de agua, al omitir la pronta reposición de las tapas que hurtan los amigos de lo ajeno, al punto que aquellos cofres se han convertido en trampas mortales para los peatones que han sufrido fracturas y contusiones al dar de remos en aquellos huecos.

El asunto reviste gravedad ya que esas cajas están ubicadas sobre las aceras, andenes que por su naturaleza son bienes de uso público destinados al tránsito en condiciones seguras de los caminantes.

Por toda la ciudad encontramos esa clase de huecos, pero principalmente en el centro y hay cuadras que parecerían un cementerio con fosas al por mayor y cito como caso especial el costado sur de la Avenida La Playa entre la carrera Córdova hasta el Teatro Pablo Tobón Uribe y den vuelta hacia la Placita de Flores para que se entretengan participando en una especie de carrera de obstáculos.

Se de propietarios de zonas residenciales que le han solicitado a EPM la reposición de las tapas robadas y que lo han logrado pero a su costa, porque en las siguientes facturas les han cargado su precio, lo que a mi modo de ver comporta una exacción ilegal dado que sobre la superficie de esos cofres se lee en letras de molde que ellos son “propiedad de Empresas Públicas de Medellín”. Invito a los usuarios a no pagar la renovación de las tapas y si fuere del caso a que vayan o escriban a la Procuraduría General de la Nación y denuncien ese equivocado proceder de EPM, o a que repitan esos costos contra los encargados de la seguridad pública.

Con sentido altruista y cívico y como práctica de la asignatura de Procedimientos Constitucionales, estudiantes de Derecho de una Institución Universitaria de la ciudad han promovido Acciones Populares ante los Juzgados Administrativos de Medellín, enderezadas a que se obligue a EPM a que, por su cuenta, ponga orden en los contadores de agua y confío en que lo lograrán, por encima de los argumentos peregrinos con que EPM ha tratado de enderezar la defensa de lo indefensable.

Para nuestro caso podríamos definir trampa como aquellos artificios destinados por EPM a la protección de los contadores de agua que, al faltarles las tapas, se convierten en trampas mortales destinadas a cazar extremidades inferiores de desprevenidos mortales.

EPM son nuestras empresas públicas muy queridas. Aún así invito a denunciar esas conductas omisivas que manchan su imagen, a través de las redes sociales, las emisoras y los periódicos, porque no es justo que además que tengamos que pagar altas tarifas por la prestación de los servicios públicos domiciliarios, también debamos correr eventuales riesgos injustos para la integridad física.

Tiro al aire: señoras y señores, el parto de la mula duró diez días y nada qué celebrar. Sigue siendo mejor el gabinete de pedal de “niño malo”, el dentista de mi pueblo ya casi perdido entre la bruma del olvido.