Cali, la ciudad más violenta de Colombia

Los altos índices de violencia en la ciudad de Cali la convierten hoy en la más peligrosa de Colombia, con una tasa de asesinatos de 75,7 por cada 100 mil habitantes.

Datos aportados al diario El Espectador por Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia, indican que en los últimos 10 años el índice nacional de esos hechos bajó casi a la mitad, pero en Cali el descenso fue apenas del 25 por ciento.

Tercera urbe más poblada de Colombia, con 2,3 millones de habitantes, Cali es escenario de enfrentamientos entre pequeños y medianos grupos del narcotráfico, herederos de los grandes cárteles de los años 80 y 90 del pasado siglo.

En el departamento del Valle del Cauca, del que es capital, operan el narcotráfico y las bandas criminales derivadas de los grupos paramilitares.

Tras el fin de los grandes cárteles: Pablo Escobar, de Medellín, quien murió baleado por la Policía en 1993, y los hermanos Rodríguez Orejuela, de Cali, capturados en 1995, esas estructuras se fragmentaron y provocaron una violencia que afecta especialmente a esa ciudad.

Para el abogado Elmer Montaña, exjefe de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, el problema de la violencia en Cali se debe principalmente al crimen organizado.

“Sus disputas y venganzas causan al menos el 65 por ciento de los homicidios, muchos de los cuales son presentados equivocadamente como problemas de intolerancia”, señaló Montaña.

Jorge Iván Ospina, exalcalde de Cali (2008-2011), atribuyó la violencia en esa metrópoli a su ubicación privilegiada para la producción y el tráfico de drogas, además de la gran cantidad de armas en circulación.

“Cali se encuentra a 25 minutos del sector de mayor producción de marihuana, la Cordillera Central, está cerca de los grandes laboratorios de procesamiento de cocaína en el Cañón de las Garrapatas y la Cordillera Occidental”, señaló.

También se ubica a seis horas de las plantaciones de coca de la selva Amazónica y del Pacífico, y a tres horas del puerto de Buenaventura, por donde ingresan armas y sale droga, significó Ospina.

Recordó, además, que en Colombia hay cerca de cinco millones de armas ilegales, de las cuales unas 230 mil se pueden localizar en Cali.

El crimen organizado implica desafíos institucionales ya que debe combatirse con inteligencia, logística y hacerle frente a la corrupción mediante un aparato judicial efectivo.

En tal sentido analistas coinciden en que medidas como el toque de queda y el plan desarme son positivas, pero insuficientes a la hora de contrarrestar por completo la violencia en la urbe, por lo que enfatizan en la necesidad de reconocer el problema.

Similar opinión mantiene la Fundación Seguridad y Democracia al plantear que ahora ya no se vive una lucha por el auge del negocio, sino por la crisis, pues actualmente se exporta la mitad de la cocaína que hace 10 años.

También debe tenerse en cuenta que la rentabilidad ha disminuido porque los mexicanos controlan todo el tráfico a Estados Unidos y ponen el precio, de ahí la violencia por la repartición de un botín en constante merma.

Según la Organización de Naciones Unidas, Colombia es el mayor productor de cocaína en el mundo, con 350 toneladas en 2010.

Con ese argumento ha recibido desde el año 2000 más de seis mil millones de dólares de Estados Unidos, a través del Plan Colombia, para el supuesto combate al narcotráfico que trata de impulsar precisamente el Gobierno del país mayor consumidor de estupefacientes. Bogotá, 11 abr (PL)