Después de seis años de que perpetraran el macabro asesinato de Marino Salto, un niño de 11 años de edad, los responsables fueron condenados a cadena perpetua.
La violación, muerte y descuartizamiento de ‘Marito’, como le decían de cariño al pequeño, ocurrió en medio de un ritual satánico en Santiago del Estero, donde después de ‘utilizarlo’ botaron sus restos en bolsas de basura.
Durante el proceso penal, tras la captura de los responsables, los padres organizaron marchas y se movilizaciones en Buenos Aires, exigiendo justicia.
Las investigaciones arrojaron que ‘Marito’ había sido raptado cuando iba de pesca, para ofrecerlo como sacrificio a la ‘Santa Muerte’, en un rito satánico liderado por ‘El Brujo’ Jiménez, quien también participó en las marchas hasta que se descubrió él era el autor material del crimen.
Tras surtir el proceso, el responsable y sus cómplices fueron condenados a pasar el resto de sus vidas en prisión.
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