Un pequeño pingüino de Fiordland fue auxiliado tras ser encontrado perdido y en malas condiciones en una playa de Melbourne, Australia, a más de 2.500 kilómetros de su hábitat natural en Nueva Zelanda.
El veterinario del zoológico de la ciudad, Michael Lynch, indicó que tuvieron que “darle líquidos mientras gradualmente le introducimos comida poco a poco porque cuando fue encontrado estaba muy bajo de peso”.
Tras dos meses de tratamiento, donde ya comenzó a comer hasta el 25% de su peso en alimento por día, fue liberado nuevamente en una playa luego de introducirle un microchip para conocer su camino.
“Es una vida dura allí afuera en el océano, pero esperamos que este pingüino encuentre su camino de regreso a Nueva Zelanda, le hemos dado todas la garantías para que lo pueda lograrlo”, puntualizó Lynch tras regresar al pequeño a su hábitat natural.
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