Tomada para ilustrar los hechos.
Unos padres japoneses le dieron miel con un jugo a su bebé en repetidas ocasiones y terminaron provocándole la muerte por intoxicación.
Y es que la recomendación de los pediatras y nutricionistas es que los bebés sólo pueden ingerir miel después del primer año de vida, ya que corren el riesgo de contaminación por la bacteria clostridium botulinum.
La bacteria resulta inocua en la miel, pero puede ser letal cuando contamina el intestino grueso de un bebé, ya que se liberan toxinas que originan un trastorno neurológico grave.
Los padres del niño dijeron desconocer los riesgos de darle miel a un pequeño. Los exámenes realizados en el hospital señalaron que la miel estaba contaminada.