Esta es la historia de Antonina Zakharchenko, una mujer rusa que había vivido los últimos 13 años de su vida con total ceguera y ahora, recuperó la vista gracias a la implantación de un chip en sus ojos.
La mujer de 50 años, perdió la visión en 2004 después de sufrir un problema visual a temprana edad, y la operación le permitió recuperar la vista pero de forma parcial.
El «ojo biónico» que se le implantó a Antonina consiste en un chip electrónico, gafas equipadas con una cámara y un componente individual que procesa la imagen recibida por la cámara.
La cámara capta la imagen y la manda a un chip implantado en el ojo de la persona, que convierte en una señal que el cerebro recibe y logra percibir.