El exjugador de rugby es el principal sospechoso de esta brutal masacre de su esposa y sus tres hijos quemados vivos en el carro familiar.
Las autoridades de la ciudad australiana de Brisbane anunciaron que la mujer de 31 años falleció en Royal Brisbane and Women’s Hospital horas después de que sus tres hijos de 3, 4 y 6 años, fueran encontrados muertos en el automóvil.
Dicen que la mujer logró salir del auto y gritó que le habían echado gasolina encima. Por otro lado, medios internacionales afirman que el exdeportista se apuñaló luego de encender el automóvil y murió en el lugar.
Un amigo cercano al exjugador afirmó al Daily Mail de Australia que el exintegrante de los New Zealand Warriors de la National Rugby League se había separado de su pareja y estaba en una pelea constante por al custodia de los niños, a quienes no veía. Este asunto le generó una gran depresión que terminó en la gran tragedia.