Ocurrió en plena calle en la ciudad de Pittsburgh en Pensilvania, Estados Unidos.
Un autobús de la ciudad estaba esperando la luz verde en un semáforo cuando, de repente, se abrió un agujero en la calle.
La apertura en la vía provocó que a la mitad del vehículo se lo “tragara la tierra”.
Por fortuna solo dos personas estaban en el autobús: el conductor del vehículo, quien salió ileso, y un pasajero que resultó con heridas menores.