En los últimos años, Medellín y el Valle de Aburrá han tenido que ingeniárselas para mejorar la calidad del aire, sobre todo durante los meses de marzo-abril y septiembre-octubre, pues en esa temporada la nubosidad aumenta y los contaminantes no logran salir del ambiente.
Ante esta situación, se han tenido que implementar medidas como el Pico y placa ambiental, y así se logró reducir un poco la cantidad de contaminantes. Ahora bien, se termina el 2019 y el aire toma un ‘respiro’, pues a falta de escasas horas, la calidad está entre moderada y buena.
El Siata, la entidad encargada de monitorear la calidad del aire, registra que, de las 19 estaciones que existen en el Valle de Aburrá, ocho están en verde, es decir, que el aire de esas zonas está en calidad óptima, mientras que diez están con registros amarillos, es decir, moderado. Una estación, la de Girardota, no tiene el registro.
Así lucen los monitores de calidad del aire, hoy 29 de diciembre.