La Corte Suprema de Justicia ratificó la condena de 58 años y meses de prisión en contra de Orlando Pelayo, quien confesó haber secuestro y asesinato a su propio hijo, el bebé Luis Santiago, en Chía (Cundinamarca).
La Sala de Casación Penal desestimó los alegatos de su abogado defensor, quien manifestaba que la confesión se había dado bajo presión y tortura de la que había sido víctima Pelayo una vez se conoció el caso. De esta manera, la corportación tratificó la decisión del Tribunal Superior de Cundinamarca, que lo declaró culpable de los delitos de homicidio y secuestro simple.
El caso, conocido en octubre de 2008, conmovió al municipio y al país. De hecho, el acusado quiso ser linchado por cientos de personas que estuvieron en las afueras del juzgado donde era procesado. Martha Garzón y Orlando Ovalle (cómplices), ya habían sido condenados a 26 años de cárcel cada uno.