¡Victoria para el Pollo Colombiano! Frisby obliga a su homónima española a cambiar su imagen tras denuncia por plagio

Madrid / Pereira – En un episodio que parece salido del universo de las marcas con identidad propia, el famoso “Pollo Frisby” colombiano ha salido victorioso en un inesperado cruce de caminos con una cadena española que llevaba su mismo nombre, colores e incluso una mascota sorprendentemente similar.

Todo comenzó cuando Frisby S.A. BIC, la histórica cadena de pollo frito originaria de Pereira, Colombia, alzó su voz en contra de Frisby España S.L., acusándola de utilizar sin autorización su imagen corporativa, incluyendo el reconocido logo, el color amarillo característico y una versión poco disimulada de su icónica mascota.

La empresa colombiana fue enfática al declarar que no tiene operaciones, franquicias ni vínculos legales en Europa, por lo que consideró el uso de sus elementos visuales como una clara apropiación indebida de propiedad intelectual.

Frente a la presión mediática y la contundencia de la denuncia, Frisby España no tardó en reaccionar. A través de un comunicado oficial, la empresa anunció que iniciará una transformación total de su identidad gráfica, la cual incluye:

• La eliminación del logotipo actual
• El abandono del color amarillo como base visual
• La sustitución de la mascota por una nueva propuesta gráfica

En sus propias palabras, este cambio se presenta como una forma de “modernizar la identidad de la marca” y alinearse con los valores europeos, aunque el trasfondo es claro: evitar consecuencias legales mayores por un caso que ya había empezado a levantar polvo en redes sociales y medios internacionales.

Esta victoria legal y simbólica no solo refuerza la reputación de Frisby como una marca sólida y con respaldo, sino que también abre un nuevo capítulo en el debate sobre la protección de marcas en el ámbito internacional. El caso demuestra que, incluso en un mercado globalizado, las empresas deben respetar la identidad y los derechos adquiridos de otras compañías, sin importar en qué parte del mundo se encuentren.

“¡El Pollo Frisby no se deja desplumar!”, comentaban con orgullo algunos usuarios en redes, celebrando el triunfo de una marca que, tras décadas en el corazón de los colombianos, ha demostrado que también puede dar pelea fuera del nido.

Pero esta historia no termina aquí. Mientras Frisby España comienza su proceso de rebranding, en Colombia se mantiene la expectativa: ¿qué nuevas acciones emprenderá la cadena pereirana? ¿Habrá un litigio formal o quedará en un precedente diplomático?

Por ahora, el primer asalto lo ganó el pollo colombiano. Y lo hizo a lo grande.