Contra lo que podría suponerse, parece que a los empleados gruñones y desagradables no les va tan mal. Incluso las cosas les salen mejor que a los buenos y amables. Por lo menos, en materia de remuneraciones.La descortesía paga, afirma la Academy of Management, a partir de una investigación sobre los “efectos de la amabilidad en los salarios”. “Los simpáticos serán los últimos”, es la conclusión que surge del estudio
En promedio, los varones “odiosos” ganan un 18% más que los simpáticos, dice el estudio. En el caso de las mujeres, el carácter no incide tanto en el salario, apenas un 5% más.
Los resultados de esta investigación fueron presentados en el congreso anual de la Academy of Management que, con 19.000 miembros en 102 países, es una de las más importantes asociaciones para la investigación y enseñanza de la administración empresarial. Fue creada en el año 1936.
¿Qué es la amabilidad para este estudio? La definen a partir de seis criterios: confianza, franqueza, altruismo, respeto, modestia y sensibilidad hacia los demás. Los que no tienen estos rasgos de carácter son personas que “se vuelven desagradables según las circunstancias, como por ejemplo, cuando defienden agresivamente su posición durante los conflictos”.
De esa falta de amabilidad deriva un mayor espíritu de competencia que es valorizado por los empleadores. “Los comportamientos poco amables, en particular en ambientes en los cuales la competencia y la agresividad son valoradas, pueden mostrar capacidades prometedoras”, dice el informe. Esto también se aplica a la hora de discutir una mejora salarial o de las condiciones de trabajo.
En el otro extremo, los “buenos” tienden a evitar los conflictos, lo que puede llevarlos incluso a tomar actitudes o caminos que les son desfavorables.
Los autores del estudio, Beth A. Livingston de la Cornell University, Timothy A. Judge de la Universidad de Notre Dame y Charlice Hurst de la Universidad de Western Ontario creen que esta diferencia salarial es mayor entre los varones que entre las mujeres porque la “rudeza” en el trato “se adapta mejor a las expectativas sobre lo que debe ser un comportamiento ‘masculino'” mientras que, a la inversa, “los hombres agradables están más desfavorecidos (que las mujeres simpáticas)” ya que su actitud no es conforme “a las normas sociales de la masculinidad”.
Este trabajo de sorprendentes resultados se basó en el análisis de cuatro encuestas diferentes realizadas a lo largo de 20 años, entre jóvenes trabajadores o bien a partir del seguimiento de la carrera de los estudiantes desde su egreso de la universidad.
Con inforamción de infobae.com
2011-10-01
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