Es hora de reconocer la tenacidad de tanto colombiano y sobre todo de la paciencia con la que enfrentan estos momentos actuales, la referencia y óptica del día de hoy, es hacia los comerciantes, los cuales lentamente comienzan a ver la luz al final del túnel (aunque el temor del cierre nuevamente se vuelve un fantasma que no se ve, pero si se van sintiendo sus pasos) y si bien es cierto muchos de ellos no aguantaron y tuvieron que cerrar sus negocios, otra buena cantidad hizo peripecias, se volvió creativo y hasta se reinventó (concepto que se pone en tela de juicio ya que es muy fácil decirlo), utilizó sus muchos o pocos ahorros y en la época actual nuevamente está con una sonrisa esperando por todos nosotros, es por eso que más que repetir la frase “apoyemos lo nuestro”, el día de hoy lo pasemos a la práctica y retornemos de nuevo a estos espacios sin descuidar los protocolos, pero aportando a la economía y a la reactivación real del país.

Cuantos comerciantes no soñaban con este momento, pero al quedar la economía tan golpeada de forma global, era difícil que llegará una normalidad completa como lo era el año pasado por esta misma época, pero con un agravante y es que la mayoría le tocó invertir otro dinero para poder reabrir, sobretodo en el tema de bioseguridad.

Si tiene la forma de este fin de semana no hacer de comer e ir a un restaurante, o pedir un domicilio, o salir a compartir algo en familia, comprar un detalle para darle a ese ser especial, aprovechar el mes de los dulces y los disfraces, e incluso si puede “puebliar” para salir del encierro, al igual que los suyos, es hora de hacerlo. Esta pandemia nos hizo reflexionar y cambiar tanto, a la mayoría de forma positiva, que la gente está con el positivismo más grande y la mejor energía para atenderlos; pues nos damos cuenta que la vida dura muy poco y hay que aprender a compartir y disfrutarla verdadera y sanamente, es hora de variar, de hacer cosas para salir de la rutina que nos estresa y nos va matando lentamente, para que de esa forma lleguemos otra vez a sentir la respiración, a ser más consientes, más sensibles con aquello que no se toca pero se percibe y es el sentimiento desbordado de la alegría al sentirnos realmente vivos.

Todo depende del enfoque que le demos a las cosas, a planear, anhelar y soñar. Recordemos que siempre hay que ponerle valor agregado a lo que hacemos y si en esas decisiones se cruza el ayudar a los otros y como en este caso consumir servicios de quienes esperan por ti, sabrás que esta vida finalmente tiene sentido y vale la pena vivirla.

Recordemos que la unión hace la fuerza y seamos siempre luz para los demás así como para nosotros mismos.

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Redacción Minuto30

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