En los últimos días, el escenario político estuvo marcado por la polémica que se desató en torno a la propuesta del candidato único de centro derecha Iván Duque de unificar las Altas Cortes en Colombia y crear salas especializadas en su interior, con el objetivo de responder a la necesidad inminente de reformar a la justicia en el país.

Esta no es una propuesta que hasta ahora aparezca en la agenda pública. Ya varias veces se ha planteado la idea de unificar las Cortes como funciona en Estados Unidos, y crear salas especializadas en materia penal, laboral y constitucional desde donde se administre justica de forma detallada. Desde la Comisión Bonivento, hasta la Corporación Excelencia en Justicia, han planteado la opción de aplicar en Colombia el modelo de la “Supercorte”, por el alto número de magistrados y la ineficiencia de la justicia.

Las criticas no se hicieron esperar, y tras la primera propuesta concreta de un candidato presidencial en materia de justicia, fueron múltiples las voces a favor y en contra. Uno de los primeros que se pronunció, fue el ex jefe negociador en la Habana y actual candidato del partido Liberal Humberto De La Calle, quién señalo que la propuesta de Duque “Marchita la tutela y retrocede al país a la Constitución de 1886”, Gustavo Petro -también candidato- aseguró que esto “ignora el principio de la autonomía del Poder Judicial”. ¿Quién tiene la razón?

De los mitos que se han creado se destacan dos: la unificación de las Cortes acabaría con la JEP y revocaría a los magistrados actuales de las Altas Cortes. Ambos completamente falsos, el primero es casi imposible, porque la JEP está protegida por la Constitución y en varias ocasiones Duque ha expresado que respetará dicha justicia con unos mínimos de cumplimiento; y sobre los magistrados, es claro que un presidente no puede involucrarse de forma directa en su revocatoria por la división de poderes que rige los modelos democráticos.

La propuesta del candidato del Centro Democrático es solo una de las medidas del plan integral para reformar la justicia, a las que se suman: activar el mecanismo de la meritocracia para asignar jueces y magistrados, fortalecer e incentivar los controles y sistemas de monitoreo constante, y asegurar menores tiempos de espera entre la primera y segunda instancia. Vacíos que hoy en día posee nuestra justicia y permiten la reincidencia, la corrupción y el desgaste burocrático que hacen de la Rama Judicial una de las más perversas del país.

En un modelo donde predomina el famoso choque de trenes y cuyos magistrados hoy en día terminan siendo investigados, se requiere de una ingeniería profunda y por qué no, una sola Corte donde la justicia no solo sea para los de ruana.

@DanielPenaB_

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Redacción Minuto30

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