Cortesía FAMA

Florencia, una joven de la provincia de Tucumán, en Argentina, se encontró a un pequeño gatito indefenso en una cueva por lo que decidió adoptarlo, lo crió durante 3 meses donde se comportó como cualquier otro felino, sin embargo en la primera visita al veterinario descubrió que se trataba de un puma yagouaroundi.

La joven relató que estaba de pesca con su hermano cuando escuchó un ruido similar al de unos pájaros, se acercó para ver que era y encontró al interior de una cueva a dos cachorros amamantándose de su madre muerta, inmediatamente se los llevó para cuidarlos en su casa, bautizándolos Dani y Tito, por desgracia Dani falleció a la semana.

Con el paso del tiempo Florencia comenzó a notar que la fisionomía del felino estaba cambiando, haciéndole dudar si se trataba de un gato común, al ser super juguetón el pequeño felino se lastimó una de sus patas y tuvieron que llevarlo al veterinario, allí se dieron cuenta de la realidad.

Tito resultó ser un puma yagouaroundi, el segundo felino más grande del continente americano, por este motivo decidieron llamar a la Fundación Argentina de Rescate Animal (FARA) para que se lo llevaran.

“Afortunadamente ella nos llamó y nos entregó el animal porque se dio cuenta que no era apto para su casa”, declaró el presidente de la organización a un medio local.

Tras examinarlo el veterinario aseguró que se encontraba en buenas condiciones, solo tenía una pequeña fisura en una de sus patas traseras, posteriormente fue trasladado a la Reserva Horco Molle de Yerba Buena, un área protegida donde habitará con una hembra de su misma especie antes de volver a ser liberado en su hábitat natural.

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Redacción Minuto30

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