Es normal que pensemos que tras el fallecimiento, el cuerpo permanece innerte, lleno de quietud y serenidad; sin embargo, cuántas veces no hemos escuchado historias de personas que aseguran haber presenciado movimientos o ruidos procedentes de cadáveres que le han sacado un gran susto a más de uno.

Cuando una persona atraviesa por el proceso de la muerte, experimenta una serie de cambios físicos naturales de esa etapa. Las funciones vitales comienzan a debilitarse hasta quedar paralizadas al cien por ciento, cambio que ocurrirá de manera paulatina y aunque no lo creamos, ocurre en la mayoría de los casos sin dolor.

10 funciones corporales que suelen ocurrir tras morir

1. Crecimiento de uñas y cabello. Este proceso no sucede de manera literal. Lo que ocurre es que nuestro cuerpo está compuesto de agua en un 70 por ciento y cuando morimos, se da un proceso de deshidratación, mismo que provoca que la piel se retraiga y «encoja», lo que da la impresión de que el cabello y uñas crecen, pues ahora la raíz queda al descubierto.

2. Actividad cerebral. Las neuronas, al percatarse de la falta de oxígeno, comenzarán a trabajar de más al emprender la búsqueda de este elemento. Esta actividad podría continuar por horas e incluso días hasta que poco a poco, cada una de estas células se va apagando en un efecto tipo dominó.

3. Regeneración de piel. Como indican los especialistas las células de la piel pueden seguir funcionando de manera habitual después de muertos. A diferencia de otros sistemas, la dermis es capaz de seguir regenerándose debido a la sangre y temperatura del cuerpo.

4. Orinar. Recordemos que la expulsión de la orina se lleva a cabo por medio de los esfínteres, músculos cuya actividad aprendemos a regular cuando somos niños.

Cuando una persona muere sufre la relajación de todo el tejido muscular, incluyendo éstos, por lo que es normal la expulsión de orina.

5. Defecar. Es lo mismo que el punto anterior, debido a la relajación de ciertos músculos más los gases que están acumulados en nuestro cuerpo provocan que algunas personas ya fallecidas expulsen materia fecal.

6. Digestión. En nuestro cuerpo habitan una serie de microorganismos que intervienen en el proceso de la digestión.

Éstos pueden permanecer vivos, a pesar de que todo nuestro organismo haya dejado de vivir, y continuar con sus funciones, siempre y cuando encuentren alimento en el estómago que procesar. Con la ausencia de oxígeno, éstos también perecerán.

7. Erección y eyaculación. Una persona que ha muerto de pie o acostado boca abajo podría presentar una erección segundos después de haber fallecido, ya que el corazón deja de bombear sangre y ésta se acumulará en la zona baja del cuerpo.

Respecto a la eyaculación, puede darse por la contracción de la vesícula seminal que podría expulsar estos líquidos o bien.

8. Movimiento muscular. Hay ocasiones que de todo el organismo, el sistema nervioso puede prolongar su vida, lo que provoca que éste envíe señales a la médula espinal, provocando espasmos así como distensiones de algunas partes del cuerpo. También habrá movimientos cuando éste se relaje por completo.

9. Vocalizar. Ya hablamos de aquellos microorganismos que habitan en nuestro cuerpo que cumplen ciertas funciones en el aparato digestivo. Cuando morimos, la actividad de estas bacterias se acrecenta, lo que genera una serie de gases que finalmente buscarán salir del organismo.

La traquea se vuelve una de las salidas principales, por lo que es normal que algunos muertos «se quejen, gruñan» o hagan otro tipo de sonidos guturales.

10. Dar a luz. El hecho existe y se le denomina nacimiento de ataúd. Cuando una mujer embarazada muere, al poco tiempo se dará la expulsión del feto debido a la relajación muscular y la intervención de algunos gases.

Con información de de10.com.mx

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