Se ha vuelto frecuente las indignaciones generales frente a las trágicas noticias que dan cuenta de los casos de perros que mueren asfixiados en largos viajes al interior de las bodegas de los buses intermunicipales.

A mi memoria llegan casos como el de un bulldog que llegó muerto a la terminal de transportes de Cali, el cual llevaba tres horas encerrado en la bodega del automotor sin cuidado especial, a sabiendas de ser braquicefálico, condición que los hace más susceptibles a cuadros respiratorios y adicionalmente viajaba “empaquetado” de cualquier manera, al interior de una aparatosa caja de madera.

Hace poco también hubo una denuncia del caso de un perro que fue enviado como encomienda en la bodega de un bus a la terminal de Bucaramanga, sin embargo y a pesar de haberse viralizado las fotografías del mismo al interior de una caja, al parecer la historia resultó ser falsa pues ni las autoridades, ni ningún otra fuente logró encontrar el origen de dicho suceso.

Incidentes relacionados con el transporte de animales por vía terrestre, se vienen generando con mayor frecuencia en los últimos tiempos, los casos se acrecientan y esto básicamente por la relevancia que en los últimos tiempos han adquirido los animales de compañía, inmersos en el concepto de familia multiespecie, que los hacen parte del hogar y así mismo, debe acompañar a los demás integrantes del hogar en viajes, traslados o aventuras.

La legislación debe flexibilizarse frente a este cambio de paradigma al interior de las familias, al igual que deben hacerlo las empresas transportadoras puesto que hacer estos traslados sin las condiciones técnicas adecuadas, se torna un poco riesgoso para todos usuarios y animales.

El código Nacional de Tránsito y Transporte no ha dado un lugar preponderante al traslado de animales al interior del servicio público, de hecho en su artículo 87 dejaba normatizado la prohibición de transporte a los animales, salvo que se tratase de perros lazarillos, de otra manera los mismos deberían ir en bodega; pero hubo una luz al albor del 2011, que fue generada por la Corte Constitucional en su sentencia C-439, en la cual declaró exequible dicho articulado permitiendo el traslado de animales domésticos, siempre y cuando el mismo se realizara en las condiciones adecuadas de salubridad y seguridad, no sólo para el animal, sino también para los pasajeros.

Por eso, esta es una invitación a las familias multiespecies, para quienes sus animales son importantes para que se responsabilicen y tengan en cuenta la importancia de organizar con antelación sus viajes garantizándole a los perros y gatos toda la seguridad y comodidad, para que lleguen a feliz término a su destino.

Por ello, les sugerimos revisar ciertos aspectos antes de viajar con tu animal de compañía. Es importante, previo al viaje, contemplar todos los escenarios para garantizar la seguridad de su perro o gato, por ello una revisión veterinaria sería adecuada y recibir de parte del profesional las indicaciones del caso para evitar riesgos para ellos.

De igual forma, se debe informar previamente con las empresas transportadoras las posibilidades de servicio y garantizar que puedan viajar en condiciones adecuadas. Por ello, una comunicación con dichas empresas que prestan el servicio sería lo ideal, para así lograr conocer los reglamentos que las mismas tienen frente al viaje de animales en sus vehículos, los costos y las especificaciones necesarias. Es muy importante tener en cuenta que no se deberá generar molestias para otros pasajeros, por tanto el animal deberá contar con su guacal (de las características requeridas para su comodidad) y en caso de ser necesario bozal, de igual forma se deben garantizar las condiciones de salubridad como el carné de vacunas (que será solicitado por la empresa transportadora o por las autoridades pertinentes)

También es importante, según el tiempo de viaje, disponer de los recursos necesarios para mantener al animal perfectamente hidratado y alimentado, evitando riesgos para su salud.

Investigando en los portales de algunas empresas transportadoras pude evidenciar en algunas de ellas un protocolo muy organizado para la prestación de este servicio, como también en otras, no hay mucha información al respecto; entre lo que logré encontrar se encuentra lo siguiente:

Animales que exhiben un buen comportamiento y no reportan problemas de agresividad, pueden viajar al interior del bus, esto sumado a su tamaño que no puede superar los 35 cms, y deberán hacerlo dentro de un guacal acorde a las características del animal donde no sufra incomodidad o algún tipo de inseguridad para si mismo. Los perros de mayor tamaño deben de contar un guacal rígido para ser ubicado al interior de bodega, en este aspecto, es importante tener en cuenta que las bodegas de los buses intermunicipales, a pesar de ser de gran tamaño, logran albergar mucho calor por lo cual se deberían evitar viajes largos para ellos. Una sugerencia es asesorarse de la mejor forma posible con personas conocedoras del tema para que no se generen riesgos innecesarios.

Los perros catalogados braquicefálicos, es decir aquellos que por su anatomía tiene una complexión “chata” de su nariz y pliegues faciales; Son perros que ameritan un mayor cuidado dado que estos animales cuentan con una estructura ósea acortada y estrecha en su cara, lo que hace que el espacio para que el aire acceda a los pulmones es menor y pueden como consecuencia tener muchos problemas respiratorios. Estas razas, no es recomendable que viajen en bodegas y necesitan de una supervisión constante para evitar riesgos para sus vidas.

Aunque es cierto que cada empresa tiene sus requerimientos, considero que nosotros también exhibimos una gran dosis de responsabilidad en la seguridad de nuestros animales. Recuerdo que hace unos ya siete años rescaté una perrita en la ciudad de Duitama, la cual se encontraba en estado de gestación y era muy pequeña, unos 15 cms a la grupa, debía desplazarme de dicha ciudad a Bogotá para alcanzar el transporte aéreo, por lo cual tuve que hacer uso del transporte intermunicipal. El conductor de una forma muy grosera me manifestó que la perra tenía que ir al interior de la bodega, lo cual fue negado de mi parte de la mejor forma que su insolencia me lo permitió; el señor muy alterado me manifestó que si la perra se vomitaba, debía cancelarle el valor total del lavado del bus y le dije que no habría ningún problema. Juanita, llegó a Medellín ese mismo día tras portarse como una princesa en el transporte terrestre, demostrándole al señor conductor que pueden ser más juiciosos y limpios que muchos humanos. Claramente en el transporte aéreo no tuvo ningún problema y luego se convirtió en madre de unos hermosos cachorros los cuales, al igual que ella encontraron un maravilloso hogar.

Amigos, donde viajamos nosotros, viajan ellos, pero con cuidado, seguridad y responsabilidad, de nuestro buen juicio en el uso del transporte público, está el futuro de un cambio normativo que los tenga en cuenta a ellos como parte importante de la familia multiespecie.

Fundación O.R.C.A
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Redacción Minuto30

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