El nuevo gobierno que viene es probablemente el más importante de la historia reciente de Colombia, tenemos una oportunidad valiosísima de empezar a construir un nuevo presente en el país y hay que empezar desmontando varios imaginarios que nos han venido haciendo mucho daño y en los cuales, muchas veces se diluye una postura objetiva y crítica, imaginarios relacionados fundamentalmente con tres temas, a saber: 1. Los abusados términos de ¨izquierda, derecha y oposición¨, 2. El concepto de ¨La Paz¨ y 3.  La idea de ¨todos son iguales y esto nunca va a cambiar¨.

Sobre Izquierda y Derecha, aparte de que son términos que están absolutamente de moda, se usan hoy más que antes como una forma incluso inconsciente de sistematizar las corrientes políticas sin examinar que muchas veces ambas corrientes resultan presentando fallas similares en uno u otro extremo y no se permite reconocer objetivamente las propuestas positivas y negativas de un candidato pues estos se suponen ya clasificados dentro de uno u otro estereotipo. Es así como, tanto Ortega en Nicaragua se aferra al poder, restringe las libertades y oprime a su pueblo, como Erdogan en Turquía hace lo propio, aunque se les suele clasificar en corrientes opuestas de izquierda y derecha respectivamente.

Sobre la palabra oposición, esta se ha convertido en un término muy radical y que suele tener un contexto divisorio y violento; probablemente nos han traumatizado casos tan críticos como el de Venezuela en donde sí se vive en una total dicotomía entre oficialismo y oposición, en donde sí aplica el término, pero no es así (afortunadamente) en Colombia que tiene una historia y perfil psicológico de su población diferente al del vecino país. Sería mejor en vez de popularizar tanto el término ¨oposición¨ aceptar que simplemente hay diferentes puntos de vista entre diferentes partidos políticos, que hay diversidad y capacidad de disentir en temas cruciales sin tener que clasificarse radicalmente como oposición pues el término presume ya que hay que ir siempre en contra del otro, contradecirle y atacarlo  en todo y no permite reconocer que se puede estar de acuerdo en algunos puntos y unirse en temas fundamentales en favor del bien común y del crecimiento del país.

Sobre el concepto de La Paz, es doloroso ver como se ha formado una guerra ideológica en torno a lo que es solamente uno de los muchos aspectos de la Paz en Colombia, como lo es el acuerdo entre el gobierno Santos y las Farc, quienes han sido el principal de los tres actores armados generadores de violencia y crimen (pues sus supuestos ideales revolucionarios se disolvieron hace décadas en la composición de organizaciones al margen de la ley que viven por sus propios intereses económicos y de poder, amparados en el narcotráfico y el secuestro).

Es dañino como se desdibuja el papel de los victimarios y de las víctimas, o como con total falta de respeto y sentido común se tacha de ¨enemigos de la Paz¨ a quienes en su momento votamos por el NO a los acuerdos (en mi caso, después de analizar en detalle las 297 páginas del mismo)  en favor de obtener unos acuerdos mejores que favorecieran más a las víctimas, en favor de tener más garantías para la justicia, la reparación, la  institucionalidad y la democracia y sobre todo en favor de replantear el punto más incómodo que es permitir la participación directa en política a las Farc sin antes haberse aclarado la verdad y sin haber pasado por unas sanciones mínimas moralmente reparatorias y haberles dado paso libre al congreso con 10 curules sin hacer refrendación popular cuando tanto Santos como De la Calle aseguraron reiteradamente que todo iba a ser refrendado por los colombianos y que no iba a haber curules gratis, esto es moralmente doloroso teniendo en cuenta que estos espacios deben ser ocupados por merito, competencias y voluntad popular.

La guerrilla debería tener a más que bien el no pagar cárcel por la mayoría de los crímenes terribles y que puedan ser ayudados generosamente para su reintegración social y laboral como los colombianos que también son. Yo creo aún que hay que hacer ajustes a los acuerdos para que pueda haber un mayor sentido de justicia así sea mediante la sanción moral no permitiendo el acceso a política antes de que se sepa la verdad y haya una reparación mínima, de lo contrario es difícil que haya tranquilidad en los corazones para que se empiece a gestar una verdadera reconciliación.

Finalmente, frente al imaginario tejido frente a que ¨todos son iguales¨, o que la corrupción y las malas prácticas no van a cambiar, si eso fuera cierto, entonces que se acabe el mundo mañana mismo, pues hay un hecho de realidad y es que hay más personas buenas y positivas que malas y es un deber de los tratamos de obrar correctamente y de construir en la sociedad, de seguirlo haciendo valientemente a pesar de que haya manzanas podridas.

Para finalizar, quiero compartir en esta ocasión un video muy práctico de la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez que expresa de forma concreta y mesurada las diferencias entre el Populismo y La República y que ilustra muy bien algunos de los fenómenos que amenazan en este momento a muchos países en la región: https://www.facebook.com/Fuimosel46/videos/474080606113538/

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Redacción Minuto30

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