Nuestros padres y abuelos, suelen contarnos historias de su época  de escuela (los que pudieron estudiar ya que esto era un lujo); de esos pocos, la mayoría lo hacían a distancia, todo bajo el método de recibir clases por radio y cuando entre ellos, veían a uno de sus amigos ignorante en algún tema, en una operación matemática, o simple ortografía y mientras compartían unos tragos, almuerzos familiares, vida social, o simplemente  pasar el tiempo libre, era muy común a manera de chanza, el lanzar esta expresión: “este fue que estudió bachillerato por radio, pero quedó mal educado porque se le acabaron las pilas al radio”.

Al evocar ese pasado, pues si bien es cierto no hay poder de comparación con el modernismo, sí se demuestra, que desde que hayan ganas, se pueden hacer grandes cosas y eso es lo que han hecho los docentes y directivos docentes durante esta contingencia, llegándose al caso que hasta algunos padres de familia, manifiestan que han vuelto a la escuela, participando de muchas clases de sus hijos y hasta agradeciendo al maestro, porque le enseñó,  o le ayudó a recordar cosas de época de estudio, todo ello es un precedente importante que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar si los niños, principalmente de la primaria, deberían de volver o no a clases presenciales.

Hoy la mayoría de la gente está en son de la reactivación económica y muchos individuos, salen a la calle porque necesitan subsistir, pero la pregunta es ¿será el mismo caso para los estudiantes?. Es claro que hay personas que también viven de un sustento, que se genera cuando las escuelas están abiertas, pero ¿no será que el precio es muy alto?, analicemos algunos interrogantes y puntos a discutir:

  1. ¿Los profesores estarían concentrados en sus clases, talleres y actividades pedagógicas, o estarían corriendo de un lado para otro, dejando la intencionalidad educativa, porque están intentando que los niños realicen la asepsia de forma correcta en la mayoría del tiempo de la presencialidad?
  2. ¿Los niños tendrán la capacidad de dimensionar el autocuidado, además de recordarlo constantemente, aun estando en torno al juego y compartiendo con otros estudiantes?
  3. Si se habla de que vayan grupos reducidos, aparte de no saber que sucede con los que no van a clase, ¿sí minimiza el riesgo para todo un colegio? Ejemplo: que por salón solo vayan de a diez estudiantes.
  4. ¿Si aparece un caso de COVI-19, cómo se le hace el cerco epidemiológico?, ¿con todo el colegio?
  5. ¿Cómo se cuidarían a los profesores, directivos docentes, administrativos y servicios generales?
  6. ¿Cómo manejar el restaurante escolar?
  7. ¿Cómo hace un docente para nivelar los estudiantes que no están a la par con los demás, teniendo en cuenta que debe estar organizando clases, presenciales para unos y virtuales para otros? ¿con cuál tiempo?

Estos son algunos interrogantes que se me vienen a la mente y me ponen a pensar, ¿si no es mejor, que por ahora a los estudiantes se les busquen facilidades para garantizar la comunicación entre ellos y sus profesores?; además invito a que no solo nos quedemos en quejas, sino en propuestas concretas, que se pueden contemplar y accionar, como por ejemplo:

  • Prestar a los niños que necesiten, las tabletas con que cuentan los colegios y están guardadas en algunos casos, o los portátiles que además se van volviendo obsoletos.
  • Generar una contratación para soporte técnico, de uno o dos profesionales con recursos de gratuidad y a la vez alimentar constantemente una página web.
  • Realizar compras de más equipos, o buscar cofinanciación con las alcaldías, gobernaciones, los ministerios de las tics y de educación nacional, entre otros.
  • Garantizar la conectividad para los estudiantes que, aunque es una costosa inversión, el gobierno nacional y departamental, deben entender que estamos en una emergencia y dejar a un lado otros lujos innecesarios en esta época de pandemia.
  • Velar por el pago adecuado a los maestros, el reconocimiento a su labor, e incluso el supervisar los colegios privados donde les están rebajando de manera significativa el pago de los docentes o programas como el de buen comienzo, etc.

En todos los lugares es claro que hay variación y no es igual el tema educativo, pues a veces desde Bogotá, ven muy fáciles las cosas, trasladando una misma directriz para todas las regiones y sus poblaciones, siendo evidente que hay excepciones, cuando en la escuela de la vereda X , el total de estudiantes es de diez u ocho niños y teniendo en cuenta que hasta que el municipio no sea positivo en  COVI-19, podrían contemplar la opción de ir a estudiar, ya que en el campo es más difícil la conexión virtual (bajo el modelo de alternancia por ejemplo), aunque me parece que es hora que las Alcaldías, generen el pago mensual y activen el internet, real y funcional en las escuelas rurales, lo cual no es tan costoso para el beneficio final que se tendría y que vía repetidora, ya es posible llevarlo a la mayoría de los rincones de nuestra geografía colombiana; pero lo triste es ver que al contrario se van cerrando puertas, como por ejemplo el proyecto de transporte escolar rural, que venía teniendo tramite y ha quedado completamente en el limbo, a la espera de que el congreso el año entrante enrute de nuevo esta trascendental iniciativa.

Los niños son el futuro, pero también el presente de nuestra sociedad y hay que darles un trato especial, pensando en ellos, sacrificándonos por ellos y protegiéndolos al máximo, eso solo se logra si estamos enchufados, si dejamos el acelere en algunos casos y sobre todo si no pensamos en protagonismos individuales.

Sí con pocos profesores y sin carreteras; tan solo para muchos con un radio (el programa radio Sutatenza), en el pasado se pudo estudiar a distancia, ¿por qué hoy con todos los avances modernos y la tecnología al servicio del hombre, no lo podemos hacer? y más cuando está en juego la vida de muchas personas, principalmente la de los niños que equivale a un 20% de la población total colombiana en edad escolar.

Espero de todo corazón que en agosto, no se reabran las intuiciones educativas, aun no es tiempo, ni están dadas las condiciones para hacerlo, adelante maestros y felicitaciones por su entrega en esta época de crisis global.

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Redacción Minuto30

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