Un trabajador encargado de la limpieza de las calles en la provincia costera de Chon Buri, en Tailandia, se encontró con una triste escena, una pequeña tortuga que había crecido deformada debido a la presión que ejercía una banda elástica que tenía atorada en su caparazón.
El pequeño animal fue hallado cerca a un drenaje con su caparazón en forma de reloj de arena y tras quitarle el objeto fue liberado nuevamente a la naturaleza.
El trabajador que la encontró aseguró en un medio local que “la pobre tortuga debe haber estado sufriendo desde que era pequeña. Si no la hubiéramos hallado, no sé qué hubiese ocurrido, nadie le habría quitado la banda elástica».