En la vertiente occidental de la zona media del río Cauca, en el Suroeste antioqueño, existe una montaña donde se asientan los municipios de Caramanta, Jardín, Hispania, Valparaiso, Támesis, Jericó, Pueblo Rico y Tarso.

Esta montaña, enmarcada por los ríos Cauca y San Juan, es un inusual apéndice de la Cordillera Occidental que, extrañamente, no aparece o no es fácil de ubicar en la mayoría de los mapas físicos oficiales de Colombia.

A lo largo de los siglos este territorio ha gozado de particulares riquezas ambientales, sociales, culturales y económicas que demuestran las bondades de la naturaleza y las virtudes de sus habitantes, quienes lo han respetado y cuidado durante muchas generaciones, con toda su alma y en paz.

La minería que adelanta, entre otros, la multinacional AngloGold Ashanti en esta montaña podría llegar a menoscabar su paz y sus riquezas, y en pocos años dañaría uno de sus recursos más valiosos: el agua.

Por lo tanto, apelamos a la protección del Principio de Precaución, consagrado en el Derecho Interno e Internacional como rector y orientador de las conductas que prevengan o eviten daños graves e irreversibles en el medio ambiente.

Invocamos hoy el Principio de Precaución porque los peligros o riesgos de daños no se han consumado y porque las empresas mineras aún están a tiempo de reconocer que no existe evidencia científica que demuestre que su minería no causará dichos daños.

No consideramos nuestro territorio un “cinturón de oro”, como se refieren a él las empresas mineras, tampoco queremos adelantar actividades de minería aquí. Nos vemos como agricultores, ganaderos, promotores del Ecoturismo, buenos conversadores, honestos y trabajadores; eso hemos sido y eso seguiremos siendo.

Para nosotros, esta montaña no es una inmensa mina. Es el hábitat de miles de especies de flora y fauna, el lugar de nacimiento de cientos de quebradas y varios ríos, el suelo que cultivamos, el paisaje que contemplamos, el hogar donde han crecido nuestras familias.

Como ciudadanos, con derechos adquiridos como propietarios de predios, estamos ejerciendo los derechos a la paz y a la protección de las riquezas ambientales, sociales, culturales y económicas de nuestro territorio. Estamos seguros de que el Estado y las autoridades protegerán nuestros derechos.

Existe evidencia científica de afectación a la paz y la seguridad, y de daños ambientales, sociales, culturales y económicos ocasionados por la megaminería en Colombia , es en el Bajo Cauca, Chocó , Cesar, La Guajira , Córdoba y Marmato, para citar ejemplos cercanos que sirven a nuestros gobernantes como referentes reales para imaginar un futuro nefasto pero posible, a raíz de una equivocada decisión.

Los propietarios de predios medianos y pequeños en Támesis, Fredonia, Jericó , Jardín y Tarso estamos organizados en Comités activos desde octubre 2016 y vamos a utilizar todos los mecanismos que nos brinda el Estado colombiano para impedir que se repitan en nuestro territorio los daños ambientales, sociales, culturales y económicos que la minería ha causado en otras zonas del país.

Además, estamos adelantando las siguientes actividades:

• Formalización de corredores biológicos sobre afluentes del Cauca Medio, como mecanismo de protección de la flora y la fauna en nuestro territorio bajo la figura de Reservas Naturales de la Sociedad Civil.

• Campaña masiva de reforestación de nacimientos, quebradas y lagunas.

• Documentación e intercambios de conocimientos sobre mejores prácticas de producción agropecuaria sostenible.

• Apoyo a actividades educativas y culturales que promuevan en los habitantes, la toma de decisiones informadas sobre el futuro de su territorio.

No es momento de discursos esperanzadores, es necesario asumir decisiones inmediatas y ejecutar acciones concretas. El agua, la paz, la seguridad, las empresas agropecuarias, el tejido social, la convivencia, las riquezas ancestrales de nuestro territorio, están amenazadas por empresas extranjeras que solo ven aquí una prometedora alternativa de nuevos ingresos.

Nuestros objetivos son:

• Reconocimiento de ecosistemas estratégicos y articulación de los corredores biológicos.

• Consolidación y fortalecimiento de un tejido social que proteja el territorio.

• Incorporación de prácticas y costumbres compatibles con la sostenibilidad ambiental.

• Convivencia digna en un territorio libre de conflictos sociales y amenazas ambientales provenientes de la minería.

Con humildad decimos que tenemos mucho por mejorar y mucho por aprender, que los desafíos del cambio climático se suman a la amenaza minera y que por eso, esperamos contar con Corantioquia, Parques Nacionales Naturales de Colombia, alcaldes, concejales , Diputados y funcionarios de nuestros municipios, Gobernador y secretarios del Departamento y las más altas autoridades de control para proteger la paz, la seguridad y las riquezas naturales, sociales, culturales y económicas de esta montaña.

Acá resumo la voz de propietarios de cientos de predios medianos y miles de minifundios en Suroeste de Antioquia que son ignorados por AngloGold Ashanti: Somos un Morro de Agua.

No Somos una Mina para enriquecer a la multinacional AngloGold Ashanti y a sus aliados comisionistas.

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Redacción Minuto30

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