Durante la última década del Siglo pasado y el primer bienio del Siglo actual, Colombia era un Estado – o al menos una aproximación a uno – ampliamente dominado y sometido al control que las FARC ejercían sobre la mayor parte de su territorio. Esta historia es bien conocida por un gran número de colombianos y es algo que a día de hoy no deja de sorprender, pues se encontraban completamente en jaque la institucionalidad, el orden y la justicia.

Para entonces, departamentos como Antioquia, Cauca, Caquetá, Putumayo, entre varios más, despertaban cada día en medio de un panorama caótico y preocupante, en el cual principios como la vida, la libertad y la seguridad no tenían ningún valor, pues respetarlos era un asunto completamente discrecional de las FARC, que imponían su voluntad a su antojo.

No obstante, y por fortuna, dice el refrán que no hay mal que dure cien años, y así fue, cuando el 7 de agosto de 2002, se posesionaba Álvaro Uribe Vélez como presidente de Colombia y con él, comenzaba un nuevo renacer.

El presidente Uribe comenzó su gobierno llevando las banderas de su idea de seguridad democrática, una política pública que desde muy temprano comenzó a dar cuentas de su eficacia, otorgando una nueva vida y un nuevo aire al país.

En este sentido, se hizo ostensible el cambio que empezó a suceder desde ese instante, se recuperó prontamente la confianza, se rearmó la institucionalidad y todos los ciudadanos pudieron comenzar a sentir que detrás suyo había un Estado que los respaldaba y que brindaba garantías.

Al mismo tiempo, se produjo un debilitamiento notable de las FARC y el narcotráfico, dos males que nos habían sometido durante años y ahora éramos nosotros quienes los sometíamos a ellos.

Sin embargo, este nuevo contexto que tanto se había anhelado, perduró únicamente hasta el año 2010, momento en que llega al poder Juan Manuel Santos, aunado a lo sucedido en 2012 con el desafortunado proceso de paz con las FARC, pues desde ahí comenzó un rearme de los grupos insurgentes, se dispararon los cultivos ilícitos, entre otros acontecimientos muy negativos.

Esta situación que hoy vive Colombia y que surge desde lo realizado por el gobierno de Juan Manuel Santos, es muestra clara de la necesidad de retomar la idea de seguridad democrática implantada por Uribe, en aras de garantizar a cada colombiano sus derechos constitucionales fundamentales a la vida a la libertad, a la libre expresión y al trabajo, los cuales se ven constantemente restringidos y vulnerados.

Incluso, recientemente y ahora bajo el gobierno del presidente Iván Duque Márquez, hechos como el operativo en el cual se dio de baja a alias Uriel, guerrillero del ELN, la quema de 63 laboratorios de cocaína en los departamentos del Cauca y Caquetá, nos marcan el camino para que la política pública de seguridad democrática regrese, porque históricamente nos ha demostrado durante este Siglo que trae resultados positivos y que se reflejan fuertemente en la seguridad y en la convivencia del país.

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Redacción Minuto30

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