Un tema que no pierde vigencia en nuestro país, es el relacionado con los denominados: “perros de raza potencialmente peligrosa”, calificativo que personalmente me causa escozor, pero que, infortunadamente, ha sido la etiqueta que cataloga aquello que los humanos hemos esgrimido sobre la dignidad de algunas razas de caninos.

Sobre este tema, quiero refrescar la memoria frente a una historia que pudiera parecer inverosímil, acaecida hace algunos años en los Estados Unidos, y cuyo desenlace es relevante conocer.

Michael Vick, un reconocido jugador de fútbol americano, se vio incriminado en un escándalo de grandes proporciones al incautarse en su hogar, un gran número de perros de “raza potencialmente peligrosa” en malas condiciones de salud e higiene y con conductas agresivas, generadas por la “labor” que les era encomendada: ser contrincantes en peleas de perros.

El panorama era sombrío para ellos, dentro del operativo se encontraron animales con signos de maltrato, reacciones violentas, agresivos, temerosos y, en cierta medida, peligrosos. Las condiciones eran infrahumanas, algunos estaban encadenados a ejes de coches y tenían evidencias de tortura. Aquellos animales que no daban “la talla” para las peleas de perros, recibían castigos ejemplares: electrocución, balazos, mutilaciones y ahorcamientos. Todo esto con el fin de modificar sus comportamientos y convertirlos en las máquinas de destrucción que garantizara el éxito en peleas clandestinas que tienen como fin lucrar apostadores.

Estos animales tenían un destino inminente: el sacrificio. No existía ningún tipo de posibilidad para ellos, la condena estaba escrita: pitbulls en su gran mayoría, con apelativos tales como: “bombas de tiempo” y animales “amenazantes”

Sin embargo, gracias a defensores de animales y el actuar ecuánime del juez a cargo del caso, estos perros tuvieron una oportunidad, pudieron ser evaluados individualmente, y así, la historia tomó otro rumbo.

Dos organizaciones animalistas, a pesar de la reticencia de otros actores, decidieron jugársela por los perros y desplegaron todo un operativo de acompañamiento, rehabilitación, socialización y reinserción de estos animales, apostándolo todo por su recuperación. Así las cosas, sólo dos perros requirieron la eutanasia, uno por su estado de salud y otro por su comportamiento agresivo de difícil manejo, los demás tuvieron finales completamente felices, demostrando con ello que el carácter de los pitbull no es inherente a su raza sino los cimientos sobre los cuales fueron criados y entrenados.
Treinta de estos perros llegaron a un santuario, 16 de ellos fueron adoptados y otros dos, destinados como perros de terapia y asistencia, acompañando a la población, incluidos niños pequeños y ancianos, interactuando con solvencia y simpatía.

Algunos de los bellísimos ejemplos de la resiliencia de estos animales son: Georgia, adoptada por Ammy Eger, quien relataba: “se convertía en una pequeña cachorra al contacto con la piscina”. Oscar, quien pasó mucho tiempo entre el miedo y el temor de los otros, pero finalmente pudo recuperarse y vivir en un hogar donde fue amado; Handson Dan, con alta popularidad, quien inspiró a su familia para crear una organización dedicada al rescate de estos animales, y que falleció hace pocos días al cobijo de una familia que le dio una oportunidad. También estaban Little red, Oliver, Meryl, entre otros.

Los pitbull fueron animales criados históricamente como perros de compañía, sus inicios estuvieron relacionados con actividades de carácter violento, pero posterior a ello tuvieron cabida como miembros de la familia, llegando a ostentar puestos como el de niñeros al cuidado de los menores del hogar, ejerciendo su labor con demasiada empatía y corazón. En los Estados Unidos de Norteamérica, los pitbull fueron parte de las fuerzas armadas, no como asesinos, sino como héroes de batalla; Stubby fue un miembro del ejército que recibió condecoraciones por su heroísmo.

En Colombia hay un debate generalizado por este tema, el cual ha llevado no solo desde lo legislativo a debatir responsabilidades, sino también desde la opinión general a asumir diferentes posiciones frente a estas razas y sus denominados tenedores. Quiero, a través de este artículo, abrir un espacio para concientizar acerca de los mitos y realidades de los caninos, ellos son víctimas silentes, nuestro actuar hace mella en su destino, desde la forma de criarlos hasta en la estigmatización que generamos en el momento de rechazarlos.

Recordemos casos como el de Roco en Cali, acusado de atentar contra una persona de la tercera edad, pero que en valoraciones posteriores nunca ha exhibido ningún tipo de comportamiento agresivo. Así como este hay otros casos que se convierten en el día a día del animalismo en el país.

Siendo este mi primer artículo para MINUTO 30, a quien agradezco por este espacio, quiero hacer visible la injusticia que día a día cometemos con una de las especies animales más nobles que, a causa de la irresponsabilidad humana, han engrosado el número de víctimas inocentes.

Quienes deseen conocer más acerca de los casos de los perros campeones de Michael Vick, los invito a acercarse a la página de https://bestfriends.org/

Recuerden: Ellos no nacieron agresivos.

Fundación O.R.C.A
Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio